Hola, mi gente maravillosa de ,… ¡Gracias por acompañarnos fecha a fecha durante estos 4 años! Y seguro se estarán preguntando: ¿por qué tengo el buzo de la selección? Ya les digo... ¡Me siento como si me hubieran convocado! ¿Y quién es mi invitado? Estoy emocionado, como si volviera a vivir un Mundial. Me siento parte de todo eso tan lindo que nos hizo vivir él y su comando técnico. ¡Le doy la bienvenida a!

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Gracias por la invitación, ‘Cuto’. Feliz de estar aquí contigo y ser testigo de tu crecimiento en esta faceta.

Profe, ¿se acuerda de ese primer partido que nos enfrentamos? Era mi primer clásico contra la ‘U’. ¡Mi corazón palpitaba como loco! Yo lo miraba... y usted me miraba también. Yo era un loquito, y usted recién llegaba al equipo de mis amores.

Siempre fuiste un jugador carismático. Los jugadores con tu característica tienen un plus con la gente, por lo que transmitías y sigues transmitiendo en esta nueva etapa como periodista. Me parece genial. Por eso eres un ídolo y muy querido. Te felicito.

¿Cómo está hoy, profe? ¿Cómo se siente de regresar al Perú?

Muy bien. Cada vez que puedo, vengo. Pasé siete años y medio acá, conozco a mucha gente y tengo vínculos personales. Es una alegría volver y reencontrarme con personas que estimo mucho. Esta vez vine para la presentación del libro de Edwin Oviedo.

Profe, ¿usted ya se siente un peruano más? Porque la gente le tiene mucho cariño y agradecimiento.

El peruano es muy cariñoso, muy afectuoso, y me lo demuestra por donde voy. Es muy arraigado a sus costumbres. Cuando te acepta, es algo muy lindo. Hay peruanos por todos lados. He ido a lugares insólitos y siempre me encuentro con uno. Siempre me brindan su agradecimiento y muestras de apoyo.

Ricardo Gareca sorprende con revelaciones a Cuto Guadalupe  (Foto: GEC)
Ricardo Gareca sorprende con revelaciones a Cuto Guadalupe (Foto: GEC)

Usted ha vivido las dos etapas del fútbol. ¿Cómo fue para usted ser futbolista?

Es la mejor etapa que hay. Te preparás, te mantenés joven, salís al campo de juego... y nada más. La adrenalina de ganar, la hinchada. Fue la mejor etapa de mi vida, lo mejor que me pasó.

Pero luego se animó a ser técnico, una carrera que no es fácil…

Como entrenador seguís en el mismo mundo, pero con otra responsabilidad. Tenés que conducir al grupo al éxito, porque si no, las cosas no están bien. Siempre naufragás entre el éxito, la derrota y el fracaso. El ánimo cambia constantemente. Como jugador también, pero la del DT es una carga más grande. Si te va mal, durás cuatro partidos o tres meses. Como jugador, tenés más estabilidad.

Ricardo Gareca festeja clasificación histórica con Perú a Rusia 2018 (Foto: GEC)
Ricardo Gareca festeja clasificación histórica con Perú a Rusia 2018 (Foto: GEC)

En Chile no le salieron las cosas como esperaba, pero manejó bien el tema con Vidal. Muchos destacaron eso.

En Chile me trataron bien. Estoy agradecido con los dirigentes. Fue una etapa mala a nivel deportivo, pero no me faltó nada. Solo que no se dieron los resultados.Con Arturo (Vidal) fue todo claro. Hoy los jugadores tienen redes sociales, sus programas, y si el técnico no entiende eso, queda fuera de sintonía.

Arturo ama a su país y siempre quiso estar. Como yo no lo convocaba, se expresó... pero no lo tomé a mal. Lo interpreté según cómo es la sociedad hoy. Cuando lo convocamos porque estaba en un gran momento, nos sentamos a hablar y en dos minutos nos pusimos de acuerdo. Después de conocerlo, solo tengo elogios. Es muy competitivo y tiene un gran trato con sus compañeros.

Como DT, usted debe tomar decisiones difíciles. ¿Lo consulta con su comando técnico?

A veces en el comando hay opiniones distintas, pero la decisión final la toma el entrenador. Siempre le toca decidir.

¿Recuerda alguna decisión dura que tuvo que tomar? Por ejemplo, en la Copa América 2016.

Sí, en siete años me tocó tomar decisiones difíciles. Algunos jugadores no estuvieron en ciertas etapas y luego volvieron. Hay decisiones que duelen, pero hay que tomarlas. Por algo sos el entrenador. Algunas decisiones te alejan de la familia, de los amigos, de tus costumbres. Es una carrera complicada.Para los que elegimos esta carrera, nos gusta. No nos asusta decidir. Además, hay cada vez más periodismo y el técnico debe atender al periodista, a los dirigentes, a los hinchas... Es un conjunto de cosas donde tenés que estar muy bien preparado.

Cuando usted aceptó la propuesta de Chile… ¡Un tsunami quedó chico! El país quedó dividido.

Entiendo lo que pasó. Creo que el periodismo debió tener más cuidado con lo que se dijo. Le di siete años y medio a Perú, con total profesionalismo, pero mi carrera continúa. Perú elige entrenadores y luego deja de contratarlos. Tampoco fue que me fui directamente de Perú a Chile. Estuve un tiempo esperando, dirigí a Vélez Sarsfield. La vida de Perú y la mía tomaron caminos distintos.

Ricardo Gareca comenta sobre el talento de Donny Neyra (Foto: GEC)
Ricardo Gareca comenta sobre el talento de Donny Neyra (Foto: GEC)

Profesor, la gente no entiende que esas críticas duelen, sobre todo cuando se magnifican.

Duelen, claro. Puedo entender la rivalidad, pero la verdad es que esa rivalidad es más fuerte desde Perú hacia Chile que al revés. Lo sentí por la gran colonia de peruanos que hay allá. Yo puedo entenderlo, pero también deben comprender que lo di todo durante esos siete años y medio.

Le digo un nombre que se me viene a la mente: Donny Neyra…

Un crack. De esos que no abundan. Talento puro, creatividad pura, pero hay que saber entenderlo, saber llevarlo, porque tiene una personalidad muy marcada. Tiene un estilo de vida, una forma de ser que hay que comprender. A mí me gustan esos jugadores, los trato de entender. Con nosotros rindió una barbaridad. Un gran chico. Uno no siempre está de acuerdo con la forma de vivir o con lo que quiere para su carrera, pero él siempre me dijo las cosas de frente, y yo también. Lo considero una gran persona.

¿Y Christian Cueva, el famoso ‘Harry Potter’?

Es un caso parecido al de Donny. Una gran persona, talento puro. Donny amaba a la ‘U’ y Cueva amaba a Perú. Todo lo hacía por su país. Son jugadores que tienen problemas en su vida, o una personalidad difícil, pero cuando se ponía la camiseta de la selección… se transformaba. No solo en el juego, también en la actitud. Eso lo respetaba mucho. Más allá de sus problemas, eran jugadores determinantes y con un gran corazón.

¿Sigue con sus cábalas, profe?

¡Nooo! A las cábalas les vas sumando cosas. Empiezan siendo una cosa chiquita y terminan siendo una locura. No es para tanto. Cuando llegué a Chile, me tiraron con toda la artillería. ¡Se hizo un mundo!

Ricardo Gareca habla sobre problema y personalda de Christian Cueva (Foto: GEC)
Ricardo Gareca habla sobre problema y personalda de Christian Cueva (Foto: GEC)

¿Si le digo Juan Carlos Oblitas, qué se le viene a la mente?

Un gran respeto y un gran cariño. Fue él quien me propuso. Nos habíamos enfrentado antes cuando él estaba en Sporting Cristal. Parece que le gustó nuestra forma de dirigir y también lo que hicimos en Vélez Sarsfield. Entonces me propuso a Oviedo. Le hicieron caso y me trajeron. Oblitas es un emblema, como jugador, técnico y director deportivo. Fue exitoso en todos los cargos que ocupó.

¿Qué significó Rusia 2018 para usted?

Me dio la posibilidad de conseguir algo que no había logrado como jugador: ir a un Mundial. Lo conseguí como entrenador. Pude vivir lo que significa un Mundial, lo que moviliza a un país en lo económico, lo social y lo emocional. Fue una experiencia única.

Usted como jugador nos eliminó con un gol… nos dejó sin chances de ir a México 86.

¡Nos metieron en esa también ni bien llegué! Me pintaron como el villano. ¡Y yo no tenía nada que ver! Como si fuera mi culpa que Perú no fuera a ese Mundial…

¿Y se queda con la espina del repechaje al Mundial de Qatar 2022?

También fui culpable yo… jajaja.

Yo lo miraba desde la tribuna y por primera vez lo noté confundido… Como si no entendiera lo que pasaba en la cancha.

Creo que no estuvimos finos en ese partido. Con Nueva Zelanda fueron dos partidos y siempre fue así. Esta vez era uno solo. Ellos jugaron la final con Emiratos Árabes en ese estadio, y nosotros estábamos en España. Ellos entrenaron allá también, y nosotros llegamos dos días antes. Conocían todo, y encima se lesionó Yotún.

Fue una llave pareja, con una selección que muchos subestimaron. Corrían una barbaridad, además de jugar. El partido se fue al alargue, y en esa lotería no acertamos. Como no fuimos al Mundial, se armó toda una película: que la gente que viajó, que el hotel, que el vuelo... y al final nos echaron la culpa a nosotros.

¿Cómo fue ese vestuario en Qatar?

No sé qué fue lo que pasó. Lo que se habló… Para mí todo estuvo normal. Nunca vi una discusión. Los muchachos aceptaron lo que hubo que aceptar. Ninguno hizo gestos ni nada raro. Nos bancamos lo que había que bancar. Solo puedo decir cosas buenas de ellos. Las cosas no se dieron, nada más.

¿Quién fue su mentor en menores, profe? ¿Quién lo descubre?

Fui a Boca de chiquito. Me probaron durante dos años. Mi papá me llevaba, y pasé por todas las posiciones menos arquero: defensor, mediocampista, delantero... y quedé como ‘diez’. Luego me mandaron a presentarme en La Candela, firmé mi contrato y debuté como profesional en 1978 con 19 años.

Después pasé a Sarmiento de Junín, ascendimos a Primera, y eso me ayudó mucho. Era una promesa que no se consolidaba. Sarmiento me dio ese empujón y regresé a Boca como titular seis meses después.

Y después se va en una polémica transferencia a River Plate…

Boca pasaba por una etapa complicada, había conflictos y se fueron como ocho jugadores. Aparece River y nos llevan al ‘Cabezón’ Ruggeri y a mí. ¡Un personaje, como tú! Defensor también…

No, profe… el ‘Cabezón’ Ruggeri metía unas entradas que dejaban chiquito a Zambrano. ¡Zambrano es un bebé de pecho al lado de él!

¡Nooo! No era malintencionado. Era fuerte, y si lo provocaban, se transformaba. Tenía mucha personalidad. Si se cruzaba con un delantero mala leche que levantaba los codos, había que bancárselo. Pero era muy fuerte. De los mejores centrales del mundo.

Ricardo Gareca recuerda el día que conoció a Julio César Uribe (Foto: GEC)
Ricardo Gareca recuerda el día que conoció a Julio César Uribe (Foto: GEC)

Usted compartió vestuario con Julio César Uribe en Colombia. Cuénteme una del ‘Diamante’.

Julio, cuando llegó al América de Cali, hacía como cuarenta grados… ¡y apareció con saco y corbata! Un personaje, una estrella. Imagínate tú… Yo conecté al toque con Julio. Es una persona a la que quiero mucho. Nos hemos encontrado varias veces, aquí en Lima y en Argentina.

Pero tuvo algunos roces con Roberto Cabañas. Eran dos estrellas. Estaban Julio, Falcioni, Willington Ortiz… ¡pelábamos campeonatos!

¿Qué es lo que más recuerda de Universitario?

Que me permitió conocer al jugador peruano. Ya los había enfrentado en la Copa Libertadores. Después vine con el Boca de Maradona, y nos invitaron a una corrida de toros a puertas cerradas. Allí conocimos a ‘Quiroguita’, un chico que se arrastraba. Diego fue el primero en regalarle una silla de ruedas.

Yo ya sabía de Ramón Mifflin, de Juan Carlos Oblitas… pero cuando vine acá, vi a Donny, vi la calidad de jugadores. Reiner Torres y otros muchachos que jugaban fenómeno. Por eso acepté dirigir a la selección peruana.

Ricardo Gareca contó sobre noble detalle de Diego maradona cuando llegó a Lima a jugar con la 'U' (Foto: GEC)
Ricardo Gareca contó sobre noble detalle de Diego maradona cuando llegó a Lima a jugar con la 'U' (Foto: GEC)

Cuando estuvo en la selección, tuvo el respaldo de Edwin Oviedo en momentos difíciles…

Sí. Si bien salimos terceros en la Copa América, empezamos mal las Eliminatorias. Perdimos con Colombia y Chile, después le ganamos a Paraguay, pero no dábamos pie con bola. Edwin era, en general, quien tomaba la decisión final y, ‘mano a mano’, me dijo: “Trabaja tranquilo, toma las decisiones que tengas que tomar. Creemos en tu proyecto”.

Eso no te lo dicen todos. Al técnico le piden resultados inmediatos. A mí me pasó solo dos veces en la vida: en Talleres de Córdoba, cuando perdí dos clásicos y pedían mi cabeza, el presidente me hizo un asado y me dijo: “No te vas a ir”. En la segunda ronda le ganamos a Belgrano y a Instituto, todo cambió y ascendimos a Primera. En Perú me pasó con Edwin. En la Copa Centenario apostamos por 16 jugadores del medio local. Todos decían que nos íbamos en primera ronda y eliminamos a Brasil. Salieron Trauco, Ramos, Cueva, varios muchachos... Corzo, y elegimos a Paolo como capitán. Todos se alinearon.

Y después volvieron algunos históricos...

Sí. No convocamos a figuras extraordinarias como Jefferson Farfán, el ‘Loco’ Vargas, Lucho Advíncula… Después volvieron y fueron determinantes. Jefferson fue clave. Advíncula, también. Y empezamos a despegar. Oviedo demostró que sabía de fútbol. Sacó campeón a Juan Aurich, no era un improvisado. Era de esos empresarios que no se metía en la parte táctica. Confiaba. Nunca opinó sobre lo futbolístico, confiaba en lo que le decíamos nosotros.

Jefferson contó que usted lo hizo llorar por no llevarlo a esa Copa América.

Ahora voy a ir a su programa, y ya me imagino lo que me espera, jaja. Lo bueno es que todos los muchachos se alinearon. Sabíamos que dejaban todo y amaban a su país. A mí no me gustaba mucho el tema de las concentraciones, pero dijimos: “el primero que llega del extranjero, concentración absoluta”. Representar a un país no es fácil. La familia quería ir al hotel, pero no dábamos permiso. Cenaban y se quedaban. Todo bien cuidado.

¿Es cierto que en la segunda Eliminatoria hizo más puntos que en la anterior?

Sí. Hicimos más puntos, incluso con tres fechas consecutivas, cinco cambios obligados y muchos lesionados. Fue durísimo.

¿Cuál fue el mejor momento de la selección? ¿Su ‘prime’?

Creo que el 2017 fue nuestro mejor momento. Fue espectacular. El único partido que perdimos fue el debut con Dinamarca. Estuvimos 15 o 17 fechas invictos. Ganábamos de visita. Nuestra etapa tuvo muchas emociones y frustraciones. Brasil nos metió cinco y recibimos muchas críticas. Después empatamos con Uruguay, el equipo tuvo una actitud bárbara, pasamos por penales y a Chile le ganamos 3-0. Era todo amarillo mezclado con camisetas blanquirrojas en la tribuna.

Estuvo con su doble ese día. El profe del trabajo también...

¡Tengo muchos imitadores! Uno vino a saludarme también.

¿Alguna vez se peleó en un vestuario?

Sí, me peleé con un compañero en Boca Juniors. Yo todavía no debutaba y tuve un encontronazo con el ‘Mono’ Perotti. Él ya era figura. Era menor que yo, pero ya pesaba en el vestuario. Después de eso, nos volvimos grandes amigos. No soy de pelear, pero a veces no queda otra.

¿Es verdad que hizo el servicio militar?

Es verdad. A los 17 años salí sorteado. Una vez me peleé con uno en la cuadra. Me buscó, hicieron ronda, y no me quedó más remedio que pelear. Estuve un año. Después me daban permisos para entrenar porque jugaba en Boca. Tenía algunos beneficios.

¿Una anécdota con Maradona, profe?

Fuimos a China. Diego no podía dormir y salimos a caminar de madrugada. Íbamos con custodia y no había un alma. Pasamos por una joyería. Le dije: “Me gusta ese reloj”. Parece que le quedó grabado, porque meses después, para mi cumpleaños, me regaló ese reloj.

Ricardo Gareca recordó regao que le hizo Maradona (Foto: GEC)
Ricardo Gareca recordó regao que le hizo Maradona (Foto: GEC)

¿Lo conserva aún?

No… me lo robaron en el ‘94, cuando terminé mi carrera en Independiente. Campeonamos y, en medio del festejo, la barra y los hinchas entraron al vestuario. Me robaron todo. El reloj estaba entre mi ropa. Después conseguí otro igual, no el mismo, pero lo compré yo para conservar el recuerdo de Diego.

¿Cómo nace la chapa de ‘Tigre’?

En Argentina, desde chiquito, en inferiores te motivan: “¡Sos una fiera, sos un tigre!” Y quedó. Hasta que un periodista, Walter Nelson, que seguía a Sarmiento de Junín, empezó a popularizarlo. Y quedó el ‘Tigre’ para siempre.

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