
Hola, mi gente linda de La Fe de Cuto.Tengo una emoción tan profunda que siento que me va a dar algo. Quiero agradecerle a Dios y a todas las familias que nos ven en todas partes del mundo. Hoy me acompañan a cumplir uno de mis sueños: estamos en Brasil. Y ya saben que pueden seguirnos en Facebook, YouTube y TikTok. ¡Estamos por todos lados!
El invitado de hoy es hincha número uno de La Fe de Cuto, y lo ha confesado. No solo él, también su mamá y su esposa. En Qatar me dijo: “Espere, tío, que ya llego, porque a mí me encanta el aguadito”. Con ustedes… ¡André Carrillo!

Tío, soy André… Mi mamá ya está poniendo cara de c...—
Andlé’, como le decían a Andrés Mendoza en Bélgica.¿Cómo estás, sobrino?
Contento de recibirte en mi casa. No soy mucho de dar entrevistas, he tenido una que otra, pero te recibo porque fuiste uno de los que quiso visitarme cuando estaba en Arabia.
¿Cómo se da tu presente en Corinthians?
La verdad, llegué con muchas dudas, porque venía de la segunda división de Arabia. Yo decía que no quería venir a Brasil porque es una liga muy competitiva. Llegué con temor, porque no venía bien en la selección. No sé si era miedo, pero estaba en una zona de confort en Arabia.
Pero decidí probarme, saber si estaba preparado para este nivel. Creo que llegué bajo, por el relajo, pero ahora estoy disfrutando. Me siento importante en el equipo, me hacen sentir un jugador valioso en uno de los clubes más grandes de Brasil.

¿Fue una decisión que tomaste solo? ¿Quiénes te dijeron: “Vamos, tú puedes”?
Lo conversé con mi mamá, mi papá y mi mujer. Pero las decisiones las tomo yo, sean buenas o malas. La presencia de Ramón Díaz fue un plus: me dio confianza y me hizo sentir querido dentro del equipo. Sabía que tenía que entrenar más, dentro y fuera de la cancha.
Ya no pensaba tanto en lo económico. Ahora pienso más en mi carrera.
“Por algo me dicen ‘El Halcón’” ¿A quién llamaste para ver cómo se maneja Corinthians?
Llamé a Guerrero, porque tengo mucha cercanía con él. Le pregunté cómo era Corinthians, porque tenía una oferta y estaba loco por ir, pero quería saber bien cómo era el club.
¿Y qué te dijo?
Me dijo: “El club es gigante, vas a disfrutar. Pero cuando las cosas están mal, tienes que estar bien parado, si no, la tormenta te puede llevar.”
También hablé con ‘Cachito’ Ramírez y me dijo lo mismo: “Anda, disfruta.”
El tema era que el club estaba en una situación difícil, peleando el descenso. Y yo nunca había pasado por eso. Nunca en mi carrera había peleado la baja, así que era un reto para mí. Por suerte, nunca me tocó vivirlo, pero con la confianza que tenía en el entrenador, dije: “¡Vamos!”
Había quedado libre. Estuve como una semana como ‘jugador libre’ en Arabia. Tenía propuestas malas, de clubes que no me interesaban. Estaba con dudas, incluso pensé en volver al Perú a jugar.
¿A Perú?
¡Claro! Pregúntale a mi mamá...
¿Qué? ¿Mi tía te metió un ‘matamoscazo’?
Hablé con un club peruano, hablé con Jean (Ferrari). Pero por uno u otro motivo no continuaron esas conversaciones. Al final, tomé la mejor decisión. Como te dije, me fui a Corinthians, todo fluyó y hoy por hoy me ves viviendo súper bien.
Tienes contrato hasta fines de 2026...
Llegué con un contrato de diez meses. Venía a mostrarme, a demostrar mi chamba, a prueba. Y después de cuatro meses, me ofrecieron la renovación. A mí me gusta la estabilidad, y como me sentía importante y querido, renové hasta el 2026.
Me encanta ver cómo te quieren aquí...
Es lindo saber que le das alegría a la gente. Antes grababa videos como cualquiera, a veces sin ganas, hasta que me mostraron la reacción de una persona que recibió mi saludo y se emocionó hasta las lágrimas. Desde entonces, lo valoro mucho más.
¡Escucha, Jefferson Agustín Farfán! Para sacarle un saludo tengo que ir hasta su casa...
¡Y eso que te los cobra! jajaja
Tengo que decirle cómo se emocionan los chicos. Hay que aprovechar que ahora está apasionado, con el corazón sensible... Está enamorado.
—Ya le tocaba también...

¿Cuánto le debes a Ramón Díaz?
Mucho. A él y a Emiliano Díaz, su hijo, que trabaja con él. Con Emiliano tengo más relación; es más, hoy día me voy a juntar con él. Les debo demasiado, porque cuando sentía que mi carrera estaba acabando, con 33 años, me hicieron revivir en Corinthians. Ellos me enseñaron lo que es un jugador con confianza.
Siento que has logrado el combo completo: estás bien físicamente, la gente te quiere, tienes a tu mamá aquí...
Ella está cómoda aquí. Pasa más tiempo en Brasil que en Lima. Ya le digo: “Mamá, ¿cuándo te vas?” ¡Está joven mi vieja todavía!

¿Cómo ves al nuevo entrenador de Corinthians. Dorival Junior?
Tú lo escuchas hablar y te das cuenta de que es un técnico ganador, con muchas ideas. Viene de la selección de Brasil. Es bonito tener entrenadores de ese nivel. Yo voy a dar lo mejor. Viene con nuevas ideas, la relación es diferente, pero ojalá tengamos una buena campaña
Sinto que has logrado el combo completo, estas bien físicamente, la gente te quiere, tiene a tu mamá aquí…
Ella esta cómoda aquí más pasa tiempo aquí que en Lima. Ya le digo a mi mamá cuándo te vas. Está joven todavía.
¿Cómo lo ves a este nuevo entrenador?
Tú lo escuchas hablar y te das cuenta que es un entrenador ganador, con muchas ideas y viene de la selección de Brasil. Es bonito tener entrenadores de ese nivel. Yo voy a darle lo mejor, viene con nuevas ideas, la relación es diferente, pero ojalá tengamos buena campaña.
Cuéntame de Neymar, yo en su momento ya le hice probar su ‘matamoscazo’...
Siempre fui hincha de él, hasta ahora veo videos de Neymar. Lo conocí en el cumpleaños de Memphis Depay. Yo ya lo tenía ubicado, porque cuando salgo del Al-Hilal, él llega. En un Perú-Brasil hablamos algo y cruzamos unas palabras.
¿Y cómo fue ese reencuentro?
Después, como te digo, me lo encuentro en la fiesta de Memphis. “Hermano, ¿cómo estás?”, nos dijimos. Yo estaba con ‘mi vaso lleno de hielo’ y le solté: Te voy a ser sincero. No es Ronaldinho, no es Ronaldo, no es Kaká… el número uno es Neymar, le dije. En goles, en juego, en la gente que paga por verte jugar. Desde ahí, conversamos más.

¿Te tomaste la foto o no?
¡Obvio, hermano! Le pregunté: “¿Nos tomamos una?” y me dijo “Claro”. A los dos días me empezó a seguir en redes. Le tomé una foto y la tengo guardada como oro. No te voy a decir que somos mejores amigos, pero si nos cruzamos, nos saludamos. Yo ya me puedo morir tranquilo: tengo la camiseta de él, de Messi y de Cristiano.
¿Cómo es Messi?
A él no lo conozco personalmente, solo lo enfrenté. Es un jugador único. Seguro no volveremos a ver a alguien con sus características. Me encantaba verlo cuando jugaba en el Barça, enganchaba como nadie. ¡Único!
¿Y Cristiano, tu ídolo?
Con él sí compartí en Arabia Saudita. Yo estaba en Al-Hilal y él en Al-Nassr. Una vez armaron un partido mixto con jugadores de ambos equipos para enfrentar al PSG. ¡Dirigía Gallardo! Nos concentraron dos días antes. Éramos puros extranjeros, porque con los árabes no se puede ni conversar.
¿Y cómo fue ese encuentro con CR7?
Nos llevaron a la casa del ministro del entretenimiento y dijeron: “Mañana cada uno se lleva un Audi”. El más animado era el ‘Bicho’. Como si no tuviera carro, ja, ja, ja... Pero era porque no le gusta perder en nada. Ahí entendí su mentalidad. Lo que ha logrado es por su seriedad profesional.
¿Qué viste de cerca en él?
Su alimentación, su cuidado extremo, cómo llegaba antes que todos a entrenar. Fue una experiencia única. Tiene 39 años y sigue a un nivel altísimo. Ahora perdió la final de la Champions Asiática y lloraba, se hablaba a sí mismo. Una máquina total.
¿Qué recuerdos tienes de tu infancia?
Siempre me acuerdo de las ganas de jugar que tenía. Una vez, en un partido de fulbito, me cambiaron y salí llorando. Mi abuelita me consoló. Otro recuerdo es con mi vieja: en el micro, para no pagar dos pasajes, me ponía a mí en una pierna y a mi hermano en la otra. ¡Se sabía todas!

La mamita siempre se las ingenia.
Un día salíamos de entrenar y con lo justo nos íbamos al KFC, comprábamos un par de alitas y un purécito. Para mí, eso era como ir a un restaurante de Gastón Acurio.
¿Cómo llegaste a Alianza Lima?
Yo era suplente en el Bentín y me fui a probar a Alianza. Me habían botado y me pedían 5 mil soles para dejarme ir. No sé cómo hizo mi viejo, pero consiguió esa plata. ¡Capaz fue a timbear, ja, ja, ja! Pero gracias a eso, llegué a Alianza. De ahí, todo fue para arriba.

¿Mi tío fue ‘raya’?¿De la PIP?
Sí, era de la Policía de Investigación. Recuerdo que una vez un banco le prestó plata. El Banco de la Vivienda le dio un crédito para construir la casa. Pasaron dos años y, de la nada, el banco quebró. Otra financiera quiso asumir la deuda, pero mi viejo se paró firme: “Yo no he sacado préstamo con ustedes”. Y se cerró. Otros sí aceptaron… y se fregaron.
¿De qué barrio eres?
Diría que soy de Surco, pero de chibolo vivía en Breña, por Tingo María.
Por ahí me compré mi primer carro.
¿Usado o nuevo?
¿Qué pasa, sobrino?! Mira, hay dos cosas que hice cuando comencé a ganar mi platita: primero le compré la casa a mi mamá, y después me fui por mi carro en la Toyota, rojo metálico, del año por si acaso. Pero primero, la ‘jefa’.
Yo hice al revés. Primero el carro, luego cumplí con mi mamá…Jajaja... Me compré un BMW, y ya tú sabes, vino el ‘Pato’ Quinteros, Fleitas, y todos a decirme: “¿Cómo te vas a comprar un carro con lo primero que ganas?”. Y yo les respondía: “Papi, déjame hacer mi trabajo. Tú haz con tu plata lo que tú quieras, y yo hago lo que quiero con la mía”. Antes los viejos eran así. A los jóvenes les digo: hagan lo que quieran, pero con cabeza.
¿Cómo eras en el barrio?
Yo andaba con los tirapiedras. Vivía en un barrio crema, donde se metían su ‘maricucha’, pero yo jamás. Mi papá era policía, así que no me podía desviar. Yo era el que llevaba la pelota. Si el serenazgo me chapaba, decía: “Estoy jugando nomás”. Bien cobarde, pero nunca me metí en problemas.
¿Y en el colegio cómo te iba?
Normalito. Nunca jalé. Pasaba con mi ‘doce’. Letras no me vacilaban, matemáticas era lo mío. Lo de historia, Miguel Grau y todo eso… no me ha servido de nada. Ciencias naturales, menos. Hay cosas del colegio en las que perdí tiempo. Así de claro.
¿Tu mamá era exigente con las notas?
¡Olvídate! Me tenía seco. Cuando no funcionaba la chancla y tenía una puntería... ¡francotiradora parecía! Y ahora, cuando le hago recordar, me dice: “¿Cuándo te he tocado?” ¡Negadora!
¿A qué jugador te gustaba mirar de chibolo?
A Robinho, por driblador. Ronaldinho también. De los peruanos, Jefferson Farfán. No era tan driblador, pero tenía fuerza y potencia. Neymar y Messi son los que han marcado esta época.
¿A quién consideras tu mentor?
A Arturo Bazalar que me llevó a Alianza Lima. Gustavo Costas, que me hizo debutar. Y Wilmar Valencia en el Bentín, él me amaba... y también me botó.
¿Amor y odio con Wilmar?
He sido jodido, pero nunca malcriado, ni le falté el respeto. Era un entrenador que me quería. Y a lo largo de mi carrera he tenido varios ‘papás’: Jorge Jesus, Marco Silva, Ramón Díaz y Leonardo Jardim. A los equipos que he ido fue porque un técnico me conocía y me mandó a llamar.
¿Solo por ser buen futbolista?
No solo por lo que juego. Muchas veces fue por la buena onda que tengo con el grupo.
¿Cómo fue tu debut en la profesional? ¿Fue soñado?
Solo sé que fue ante Vallejo, entré faltando 10 minutos. Me metió Gustavo Costas y yo veía eso como algo inalcanzable. Pero cuando te das cuenta que llegaste, solo te queda competir. A los que en un momento los veían a tu nivel, los superas y los pasas muy por encima, tanto en tu carrera como en los clubes.
¿Te acuerdas de tu primer gol en la profesional?
Fue ante Unión Comercio. Me dio un pase ‘Caballito’ Hurtado y ya había fallado un gol, pero en esa la clavé a un lado.
Me acuerdo que cuando te dije “te voy a matar”, vi tu carita y me sentí mal.
Yo veía a un negro grandazo, calvo, obvio que tenía miedo. Y encima con tus Adidas Copa Mundial de toperoles.
¿Con quién concentrabas en Alianza Lima?
No me acuerdo bien, pero creo que era con Koki Molina, que ahora está de coach y me fue a ver en la Videna. Ese te mordía y te partía la canilla.
Él se peleó con el Búfalo, ¿no? Terminó como un gatito…
Yo estaba en ese momento. Lo aseguré y después le pateó la cabeza. ¡Hizo la del barrio!

¿Cómo se dio esa llegada a Portugal que fue toda una novela?
Saqué el pasaporte para Portugal, pero tenía una oferta para Holanda. Antes, el jugador se llevaba el 20%. La oferta de Groningen era de Guillermo ‘Coppola’ Cuéllar. Portugal pagaba un millón y Holanda 1.2 millones, pero yo quería ir donde me llevara mi empresario.
Yo estaba en el aeropuerto para hacer las pruebas médicas en Portugal y me llamó ‘Coppola’. Me dijo: “Sobrino, no te subas a ese avión, tengo 200 mil dólares para tu mamá ahora mismo”. ¡Más mentiroso!Le dije: “No gracias, tío. Ya estoy en el aeropuerto, con las maletas hechas, mi mamá ya moqueó y todo. No lo voy a frenar, gracias”, y le corté.
¿Tenías miedo de que no te vaya bien en Europa?
Yo sabía que el jugador peruano llegaba a Europa y que a los dos o tres meses se regresaba. Firmé contrato por cinco años. Me decían “cómprate una casa”, pero yo siempre pensaba que me iba a ir mal y que regresaría. Pero poco a poco fue fluyendo y jugué seis años en Portugal.
¿Cómo fue esa etapa?
Yo era soltero, joven, empecé a vivir solo, alquilé un departamento. Éramos cuatro jugadores que éramos apuestas del club. Callejeábamos. Fue una bonita experiencia. Además, tuve al ‘Mudo’ Rodríguez en el Sporting de Lisboa. Tengo muy bonitos recuerdos de esa época: jugar, ir a discotecas...
Después te fuiste a Benfica, ¿no?
Sí, eso era como la ‘U’ y Alianza Lima. Sporting me hablaba para renovar al cuarto año, pero la oferta era floja y llegó un punto en que tienes que decidir por lo económico. Benfica multiplicaba por cinco y no había cómo decir que no.LAs decidiones buena o mal las tomo por decisión porpia y salga bien o mal el responsable soy yo.
¿Una anécdota en Benfica?
Fue la primera liga que gané, y para mí eso era lo más valioso, porque te mide la regularidad durante 40 fechas. Me sentí súper querido. Fue como si Alianza Lima le robara un jugador a la ‘U’. Cuando estaba en negociaciones, tuve que cambiarme de casa y andar con seguridad por la rivalidad. Pero al final, la hinchada coreaba mi nombre: “Uh, Carrillo es campeao”. Eso fue algo diferente, especial.
¿Y cómo era tu relación con el presidente del Sporting?
Bruno Carvalho me odiaba, ¡loquísimo! Todos cantaban mis canciones y yo estaba feliz. Sentía que había tomado la mejor decisión.
¿Cuándo se da lo del Atlético de Madrid?
Estaba por quedar libre en Sporting y mi empresario, Elio Casaretto, me dijo: “Tenemos ofertas de West Ham, Atlético de Madrid, Benfica y Sevilla. Esos cuatro”. Recuerdo que fuimos a Juventus, yo recién empezaba con Sujaila. Viajamos, pero al final no se dio nada.
Después, con mi esposa nos fuimos a Madrid para pasar los exámenes médicos con el Atlético. Los pasé, pero me dijeron que tenía que esperar porque debía salir un extranjero del club, era Jackson Martínez. Yo no quería esperar. Encima, en los exámenes apareció un problema en el riñón y pensé: “Uy, esto puede tirarse abajo lo del West Ham o el Sevilla”.
Entonces Elio me dice: “André, lo de Benfica ya está, no necesitas ni examen médico”. Y aceptamos.

¿Cómo llegas al Watford de la Premier League?
Fui porque quería cumplir uno de mis sueños: jugar en la Premier League. Me llevó Marco Silva, un entrenador que considero como un padre. Pero ojo, la Premier se disfruta cuando llegas a un equipo grande. Con uno chico, sufres. A veces haces un buen partido, pero en general los grandes te pasan por encima. Te terminan devorando.
Después te vas a Arabia Saudita. ¡Agua que quema
Ahí estaba Jorge Jesús. Yo estaba de vacaciones después del Mundial de Rusia y me llama. Me dice: “Mi primera opción eres tú. Luego Nani, y la tercera Cuaresma”. Yo le respondí que tenía dos años más de contrato con Benfica, y me pidió el número del presidente.
Todos esperaban que ficharas por otro club grande…
Sí, claro. Pero también era consciente de que no habíamos hecho un buen Mundial. Ni siquiera pasamos de grupo. Entonces lo llamé a la ‘Foca’ y le dije: “Hay estas monedas… ¿Qué hago?”.
¿Y qué te respondió Jefferson Agustín Farfán Guadalupe?
La ‘Foca’ me dijo: “Esas monedas no las paga nadie. Si no las chapas tú, las va a chapar otro”. Yo tenía muchas dudas, pero eso te daba en un año un ‘colchoncito’. Hablé con mi mujer, luego con el entrenador, y fue una gran decisión.
¿Cómo fue tu llegada a Arabia?
Desde que llegué me trataron como una estrella. Lo poco que yo necesitaba me lo cumplían. Yo les decía: “No les voy a pedir lujos, solo comodidad para mi familia”. Me sentí una súper estrella.

¿Alguna anécdota con los lujos?
Mira, llego a Arabia Saudita y me decían “Luxury Car”, pero me dieron un carro más feo que el hambre. Cuando llegó otro presidente al club, decidió comprar mi pase a Benfica y me hizo un contrato por cuatro años. Yo he jugado seis años al final allá...ya crecían los colchones.
Ese calor allá es bravo encima humedad, pero por la candela...