Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación
Cuando el año pasado el juez Richard Concepción Carhuancho metió a la cárcel a la expareja presidencial, Ollanta Humala y Nadine Heredia, los enemigos políticos de ambos celebraron a rabiar. Los fujiapristas elevaron al magistrado a la categoría de ‘héroe nacional’, se hicieron polos con su foto y hasta unos coleguitas lo propusieron como el personaje del año y candidato presidencial.
Desde aquella vez, cual estrella de cine, es invitado a cuanto evento jurídico se realiza, recorre el país dando charlas y contando sus hazañas de haber enviado a prisión a empresarios y políticos famosos.
Los más reconocidos juristas, sin embargo, sostienen que Concepción Carhuancho abusa de las prisiones preventivas, privando a muchas personas de lo más preciado de la vida: la libertad.
El caso más reciente es el de Keiko Fujimori y otros dirigentes de Fuerza Popular, a quienes el juez ordenó detener, luego de un pedido del fiscal José Domingo Pérez.
Desde ese día, para los fujimoristas, Concepción es un villano y el peor juez del país.
El miércoles pasado, una sala penal le enmendó la plana al magistrado y ordenó la libertad de Keiko y los otros detenidos. La resolución de los magistrados es lapidaria: el juez Concepción no fundamentó el pedido de fuga, agregó hechos propios y hasta copió párrafos enteros del pedido de la Fiscalía. Los vocales le prohibieron seguir viendo ese caso.
A este columnista siempre le llamó la atención el actuar de dicho magistrado. Durante el juicio de los esposos Humala-Heredia realizaba maratónicas audiencias que empezaban a las 9 de la mañana y terminaban en la madrugada del día siguiente, y en ese mismo momento, emitía su fallo. Eso no lo podría hacer ni el magistrado más ‘capo’ del mundo.
Este año, el Tribunal Constitucional (TC) también le jaló las orejas cuando ordenó la libertad de la expareja presidencial. El TC sostuvo que la prisión dictada por el juez careció de una debida motivación, vulneró el derecho de la libertad personal y la presunción de inocencia.
Lejos de recapacitar, apenas Humala y Heredia recuperaron su libertad, Concepción los dejó sin casa, les incautó la vivienda donde vivían con sus hijos. ¡Los fujiapristas aplaudieron!
Unas 24 detenciones preventivas que ha dictado este ‘juez de garantías’, han sido revocadas por inconstitucionales, pero él sigue allí inamovible, como si nada hubiera pasado.
Antes de llegar al Poder Judicial, Concepción quiso ser político. El año 2006, postuló a regidor por el partido Convergencia Regional Descentralizada. Y hace unos años, cuando era desconocido, llevó un curso de crónicas del conocido escritor Juan Manuel Robles.
La libertad concedida por la sala a Keiko no la declara inocente de haber recibido dinero de la empresa Odebrecht. Unos 15 testigos protegidos la incriminan. Por eso, se necesitan resoluciones bien sustentadas para no afectar la buena investigación del fiscal Domingo Pérez. Nos vemos el otro martes.