Generalmente el presidente del Consejo de Ministros en el Perú suele ser un personaje de gran prestigio profesional, académico o político. Al mismo tiempo, debe tener una gran capacidad de diálogo, espíritu de negociación, paciencia y ser muy proactivo. Todas estas características no aparecen por ningún lado en Guido Bellido, el flamante premier nombrado a última hora por el presidente Pedro Castillo. Anoche nomás tuvo una áspera entrevista con el periodista Enrique Castillo en Canal N. No se recuerda un personaje como Bellido al frente del gabinete de ministros. Sin embargo, aquí le presentamos los últimos cinco primeros ministros polémicos a lo largo de la historia reciente.
Por esas cosas del destino, comparte uno de los apellidos del actual primer ministro. Pedro Cateriano Bellido, abogado, tuvo dos pasos por ese cargo. El primero en el gobierno de Ollanta Humala, aparentemente un rival político, pues Humala se declaraba de izquierda y Cateriano es un liberal convicto y confeso.
Tras la censura parlamentaria al gabinete ministerial de Ana Jara, fue nombrado presidente del Consejo de Ministros el 2 de abril de 2015. Se enfrentó al bloque formado por el Apra y el fujimorismo.
Cinco años después, el 15 de julio de 2020, durante la pandemia por COVID-19, juró por segunda vez para el cargo en reemplazo de Vicente Zeballos. En ese momento el presidente del Congreso era Manuel Merino.
El voto de confianza se debatió el 3 de agosto, pero fue rechazado con 54 votos en contra, 37 a favor y 34 abstenciones. Cateriano estuvo solo veinte días en el cargo y por eso presentó su renuncia ante el presidente Martín Vizcarra. Este último saldría del poder en noviembre de ese año. Ya la maquinaria para sacarlo estaba en marcha.
Pongámonos en contexto. En 1998, el Perú vivía el fujimorato. La prensa independiente ya denunciaba la corrupción de la dictadura, los casos Cantuta y Barrios Altos, la negativa influencia de Vladimiro Montesinos, quien dominaba las fuerzas armadas, la Policía, el Poder Judicial, Ministerio Público y había comprado parte de la prensa nacional, y la falta de libertades. Ningún demócrata de la oposición deseaba tener algo con ese gobierno corrupto. Por eso sorprendió a todo mundo que el exparlamentario y líder aprista, enfrentado siempre a Alan García, decidiera aceptar el cargo propuesto por Alberto Fujimori. Dijo que lo hacía para intentar democratizar al desprestigiado régimen. Sus primeras medidas fueron sacar al ejército de las universidades públicas y oponerse a la ley de ‘Interpretación auténtica’ de la Constitución, que permitía la ilegal tercera elección de Fujimori. Igual, su nombramiento generó rechazo fuera del fujimorismo. Incluso, en una manifestación de estudiantes, por intentar dialogar con ellos, recibió una pedrada en la frente.
MIRA: Juliana Oxenford responde con todo en Twitter: “Ya me tienen COJ... los que siguen con la cantaleta”
El 8 de agosto de 1998, Valle Riestra renunció al cargo debido a que -dijo- sus esfuerzos por democratizar el país no eran viables. Fue reemplazado el 21 de agosto por Alberto Pandolfi quien había sido Premier anteriormente
Pasó muchos años en la clandestinidad tras ser procesado por supuestamente recibir dinero de Vladimiro Montesinos para la campaña municipal en la que no ganó en 1998. Fue el primer Presidente del Consejos de Ministros y Ministro de Economía durante el primer gobierno de Alberto Fujimori (1990-1991), donde fue el encargado de anunciar el “Fujishock”. De él se recuerdan sus últimas palabras tras anunciar el ‘sinceramiento’ de los precios en esos aciagos días de agosto de 1990. “Que Dios nos ayude”. Al día siguiente los intis, la moneda de esa época, no valían nada. El objetivo era cortar el 7 mil por ciento de inflación que dejó el primer gobierno de Alan García.
LEE TAMBIÉN: Guido Bellido convoca a un “acuerdo nacional” sin incluir a Pedro Francke ni Aníbal Torres en su foto
El precio del galón de gasolina de 84 octanos pasó de 21 mil intis a 675 mil (30 veces más). La lata de leche pasó de 120 mil intis a 330 mil; el kilo de azúcar blanca, de 150 mil a 300 mil; y el kilo de fideos de 200 mil a 775 mmil.
El acciopopulista Manuel Ulloa Elías era un millonario. Formaba parte del jet set internacional y tenía un gran prestigio como economista. Era dueño de los diarios Expreso y Extra y desde ahí luchó por los ideales de la economía liberal.
Desde el 28 de julio de 1980 hasta el 31 de diciembre de 1982 se desempeñó como Presidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Finanzas. La política económica del país se orientó hacia el liberalismo, aunque no se intentó desarmar lo hecho por el gobierno militar y se mantuvieron las empresas públicas, muchas de ellas gigantescas e ineficientes. La inflación se hizo galopante y la crisis económica recrudeció. Se atribuyó parte del mal a la herencia del gobierno militar y a la caída de los precios de los principales artículos de exportación; posteriormente se achacaría al fenómeno del Niño. Para enfrentar la situación se recurrió a la política de las devaluaciones periódicas. En general, fue una época de estancamiento y crisis inflacionaria permanente. También de inacción frente al terrorismo de Sendero Luminoso.
Se recuerda una presentación en el Congreso de la República, donde sostuvo una polémica con un joven diputado llamado Alan García Pérez, quien lo increpó por aplicar una política económica liberal. García, en plena presentación de Ulloa, bajó de su escaño, atravesó la sala y le entregó unos papeles con propuestas a un sonriente primer ministro. Esta acción catapultó como lanzacohetes la popularidad del aprista. Tres años después sería elegido presidente a los 36 años.
Su nombre completo era Pedro Gerardo María Beltrán Espantoso y nació en Lima el 17 de febrero de 1897. Antes de político, Beltrán era periodista. Compró y dirigió el diario La Prensa, refugio y ágora del pensamiento liberal. A la par, era destacado dirigente de los empresarios del agro, a través de la poderosa Sociedad Nacional Agraria. En 1956, el general Manuel Apolinario Odría gobernaba el Perú, pero dejó la presidencia tras elecciones que ganó Manuel Prado. Otra vez desde La Prensa, Beltrán se opuso a la política económica del gobierno de Prado. Ante esta situación, en 1959, el presidente decidió nombrarlo primer ministro y ministro de Hacienda y Comercio, en reemplazo de Luis Gallo Porras. Beltrán, luego de una inicial negativa, acabó por aceptar. Es decir, de férreo crítico pasó a ser parte del gobierno.
Contenido GEC