El último adiós. Momentos antes de que el cuerpo del expresidente Alberto Fujimori fuera enterrado en el cementerio Campo Fe de Huachipa, el menor de sus hijos, Kenji Fujimori, esta vez para recordar una anécdota de su padre con relación al rescate de los rehenes de la residencia del embajador de Japón en Lima, la llama Operación Chavín de Huántar, ocurrida el 22 de abril de 1997.
“Les voy a contar una anécdota que demuestra realmente el temple y los pantalones que tuvo Alberto Fujimori. En el año 96, cuando el MRTA había tomado la embajada, yo estaba al costado de su despacho. Tenía 16 años y estaba estudiando Economía, tenía un examen. Me habían jalado y mi padre le había dado el encargo a Absalón Vázquez (exministro de Economía) de que me dé clases....Y yo veía que Absalón estaba mirando el reloj porque tenía su tarjetón para irse a la embajada. Igual mi padre, estaba invitado a la embajada de Japón”, empezó el benjamín de los Fujimori.
“Y en ese momento entra el edecán corriendo y le dice que un grupo de delincuentes ha tomado la embajada. 15 minutos después regresa el edecán y le dice que no son simples delincuentes, es el MRTA... El rostro de mi padre estaba con una calma, una serenidad impresionante. Al día siguiente estaba con mi padre en su despacho. Mi padre estaba reunido con todo el Consejo de Seguridad”, añadió.
Kenji cuenta luego que el líder terrorista Néstor Serpa Cartolini envió un ultimátum diciendo que si no liberaban a los terroristas de los penales, ellos se iban a cobrar a la primera víctima, al Canciller Francisco Tudela. “Si Néstor Serpa mata al canciller Tudela, él solo tiene un camino, es hombre muerto. Y que yo, Alberto Fujimori, no negocio con terroristas. Jamás voy a acceder al chantaje terrorista”, cuenta que le dijo su padre.
Sin embargo, el excongresista señaló que su padre tenía un plan B y viajó junto con él a países como República Dominicana y Cuba para negociar asilos para los terroristas. “Pero mi padre había puesto la condición, si la vida y la integridad, la salud de los rehenes estaba en peligro, el gobierno podría hacer uso de la fuerza militar y para eso mi padre necesitaba el aval del gobierno japonés, porque la embajada era territorio japonés”, agregó Kenji.
El hijo menor del fallecido expresidente cuenta luego que viajaron juntos a Toronto, donde su padre se reúne con el entonces primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, a quien le explica que si la integridad y la salud de los rehenes estaba en peligro, él podía hacer uso de la fuerza militar.
“Pasan un par de meses. Y el 22 de abril del año 97 la vida de los rehenes, la integridad, la salud estaban en total riesgo. Y mi padre tuvo que dar la decisión más compleja de su vida. Dar la orden para que las fuerzas armadas entren a liberar a 72 rehenes. El operativo fue todo un éxito”, continuó.
“Y como había cambio de horario con Japón, mi padre no le había avisado nada a Hashimoto. Y Hashimoto estaba renegando totalmente. Ya cuando termina el operativo, se comunica con él y le dice: ‘Ha sido un éxito total’. El alma le regresa a Hashimoto”, añadió.
Según narró Kenji, dos días después, el primer ministro japonés llegó al Perú para agradecer por ese acto heroico. “Y Hashimoto le dice a mi papá. ¿Cómo podemos retribuir ese acto heroico? Y mi papá le pide a Hashimoto: ‘Quiero que intercedan ante el primer ministro canadiense para que Perú entre a formar parte del foro económico APEC”, aseguró.
Finalmente, Kenji explicó el significado de su anécdota. “¿A qué voy con esto? Que las cosas no se dan por generación espontánea. Y les comento esto porque en octubre se va a desarrollar la APEC acá en Perú... El que hizo que Perú entre a formar parte de foros económicos a nivel mundial fue Alberto Fujimori Fujimori. Quien tuvo los pantalones y la visión a futuro para darnos la tranquilidad, la seguridad y la estabilidad económica que hoy en día todos gozamos”, concluyó.
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