Al manifestar que con su accionar le está dejando la cancha libre a la oposición, el sociólogo y psicoanalista Guillermo Nugent manifestó que parece que el presidente Pedro Castillo no termina de asumir que es la máxima autoridad del país, porque no se le ve y tampoco actúa de acuerdo al cargo que ostenta.
“Le está costando trabajo (la Presidencia a Castillo] y eso es lo preocupante. La oposición está haciendo cosas muy agresivas, pero la verdad es porque el otro lado deja el espacio vacío. Es un presidente que no se le ve y él es la máxima autoridad del país elegida de una forma democrática, y parece que no termina de asumir que él es la máxima autoridad y debe actuar como tal, pero no se le ve”, señaló.
LEE: Salomón Lerner Febres: “Tenemos un Gabinete Ministerial con pocos méritos”
Nugent, en entrevista concedida a Ideeleradio, agregó lo siguiente: “Eso no quiere decir que en la oposición todos sean mansas palomas, pero la verdad que una parte no desdeñable que hace la oposición es porque el Ejecutivo le deja la cancha libre y eso es cierto”.
Precisó que el mandatario Castillo debe tener iniciativa política y se necesitan gestos muy visibles. Sostuvo que este punto no se aprecia con nitidez.
“Al presidente le corresponde el sentido de la iniciativa política, ya sea para entenderse con las élites o para entenderse con las necesidades ciudadanas más inmediatas. En cualquiera de los dos casos se necesita gestos muy visibles y no se aprecia con nitidez… Probablemente hace 12 meses a Castillo no le sonaba la frase de presidente Castillo, pero él es el presidente y debe aprender a comportarse así”, acotó.
EL GRAN PROBLEMA
En otro momento, Nugent dijo que el cambio de parecer del gobierno de Castillo respecto al excanciller Héctor Béjar le pareció desastroso y sorprendente.
“En el caso de Béjar lo que llama la atención es que el gobierno para el cargo canciller lo nombra a él y uno puede estar de acuerdo o no, pero luego semanas después le pide que renuncie por declaraciones que había hecho antes de asumir el cargo y eso es sorprendente. Si el gobierno lo llama para el cargo el canciller sabía cómo pensaba Béjar y este cambio de parecer me parece un desastre”, afirmó.
Finalmente, manifestó que el gran problema del país es que estamos en medio de una cultura de la acusación y la denuncia. Sostuvo, que no hay posibilidad de que pueda existir una conversación nacional.
“El gran problema que tenemos es que estamos en una cultura de la acusación y la denuncia. Es decir, estamos en un universo público donde a alguien se le dice terrorista o a alguien se le dice corrupto y en realidad de esas dos opciones no salimos. Si con alguien tengo una discrepancia no pienso en cuál es la mejor manera de entender el país en el que vivimos o qué proyecto tenemos. No me pongo a pensar en las diferencias políticas o alianzas que pudiera haber, sino me pongo a pensar si este otro fulano le puede decir que es terrorista o corrupto y de ahí no salimos y lo que queda roto es la posibilidad de una conversación nacional”, puntualizó.
TAMBIÉN: “El presidente Pedro Castillo ha optado por una política de opacidad”