GOLPE A LA MAFIA. La Policía Nacional del Perú, a través de la División de Investigación de Homicidios de la DIRINCRI, intervino esta mañana un condominio ubicado en el distrito de Comas en el que se alojaban varios ciudadanos extranjeros que se dedicarían a la extorsión en la modalidad del préstamo ‘gota a gota’.
En este operativo, se allanaron varios departamentos del edificio E del condominio Torres del Campo, donde se encontraban alojados alrededor de 25 personas de nacionalidad venezolana y colombiana. Los vecinos indicaron que ya tenían sospechas de quienes ingresaban constantemente a esos domicilios.
Además manifestaron que los detenidos se alojaban en departamentos subarrendados por lo que se están requiriendo información de los contratos a los propietarios, debido a que no estarían cumpliendo con la “Ley que obliga a cada propietario identificar la situación regular del ciudadano extranjero a quien le va alquilar un bien inmueble”.
Según información de la Policía, esta banda operaba en los distritos del norte de Lima Metropolitana y tenía en su mira a negocios, establecimientos y mercados de esa zona.
Durante el allanamiento, se encontraron armas de fuego, explosivos y también tarjetas de presentación, donde se indicaba la modalidad de préstamos que los criminales brindaban a los negocios cercanos.
La Policía indicó que los préstamos se ofrecían de forma pública, a través de tarjetas o por internet. Los delincuentes te ofrecen dinero en efectivo sin mayor garantía crediticia, aunque sí te pide tu información personal que luego utilizan para extorsionarte.
Estos ‘préstamos’ se pagan a diario en pequeños montos. Los delincuentes también pueden pedir el pago total de un momento a otro. Solicitan hasta diez veces el monto como pago inmediato. Si la víctima no cumple, los extorsionadores inician maniobras de ataque hasta el asesinato por encargo.
Las amenazas van desde agresiones verbales, destrucción de sus unidades móviles, incendios, quema de algún objeto de valor, detonación de explosivos hasta disparos.
Estos prestamistas se mimetizaban en diferentes oficinas para disminuir las sospechas sobre la verdadera naturaleza de su negocio.
Ante ello, la Policía exhortó a la población a no realizarse préstamos sin garantías o de agrupaciones sospechosas que no soliciten mayores documentos para otorgar el dinero que finalmente se terminan cobrando, con intereses abrumadores, y bajo amenazas y atentados.
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