Salvajismo extremo. El venezolano Edinson Agustín Barrera (23), alias ‘Catire’, quien fue atrapado junto con sus cuatro compatriotas de la banda ‘Los Malditos del Tren de Aragua’ en el centro comercial Plaza Norte, estaba dispuesto a provocar una carnicería en el asalto que estaban a punto de perpetrar en una agencia bancaria en Canta Callao, pues planeaban usar una granada de guerra.
Los delincuentes estudiaban los últimos detalles del atraco en una mesa del patio de comidas, cuando la policía les ‘cayó’, evitando así un posible baño de sangre. ‘Jefe, si hubiéramos tenido las armas en la mano (estaban en un maletín deportivo), no estaríamos hablando’, dijo ‘Catire’ a uno de los agentes tras su captura.
“Se obtuvo información de esta banda y la neutralizamos. Hemos contribuido mucho con la seguridad de la capital y en el interior del país, pues iban a extender sus tentáculos”, señaló el general Juan Sotil, jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri).
El ministro del Interior, Mauro Medina, indicó que “esto iba a ser el inicio de una serie de ilícitos penales, pues pretendían poner en zozobra a la ciudadanía. Querían incrementar la sensación de inseguridad”.
La policía indica que hay en Perú al menos otros 10 integrantes de dicha organización delictiva, por lo que se realizan operativos en las calles y fronteras para capturarlos.
DESPIADADO
‘Catire’, quien aceptó haber perpetrado seis homicidios en su país, es experto en el manejo de fusiles y pistolas, y trabajaba como sicario de las mafias de construcción civil de su país. Grababa sus crímenes para publicarlos en YouTube.
“Este delincuente se ha fotografiado agarrando la cabeza de una persona a la que decapitó. Eran pruebas que enseñaba a sus jefes para que sepan que cumplió el ‘encargo’”, dijo una fuente.
La policía lo investiga por robos a casas, buses y negocios en varios distritos.
DE TERROR
La banda ‘Los Malditos del Tren de Aragua’ empezó hace unos años como un sindicato de obras que opera en el estado de Aragua.
“Lo integran unas cien mil personas y tienen a pueblos dominados. Cobran por obras, para dejar tranquilas a las personas en los barrios o por simplemente permitirles caminar en la calle sin que las asalten. Si alguien no paga, lo mandan a matar, pues la policía no entra a su zona. No les importa desatar una carnicería”, precisó un policía.
ASÍ ES LA COSA
A julio de este año, hay más de 350 mil venezolanos en Perú y la gran mayoría son personas honradas y trabajadoras.
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