Un giro de 180 grados dio la investigación en relación con el secuestro y muerte del empresario minero Santos Guillermo Sánchez Vera (38), en La Libertad, en enero último. La esposa de la víctima recientemente volvió a ser víctima de extorsión y tras el realizar el pago, la policía detuvo al sujeto que recogió el dinero y nada menos que al padrino de bodas de la pareja.
La intervención estuvo a cargo de un equipo de la División de Secuestros de la Dirincri Lima que viajó hasta Trujillo (La Libertad). Tras la captura del encargado de recoger el dinero que le exigía a la esposa y madre de los dos hijos del empresario minero, fue intensamente interrogado y trajo consigo una inimaginable sorpresa.
La policía detuvo también al dentista Walter Fernández Rodríguez, quien es sindicado por el detenido como la persona que brindó la información de la agraviada y su familia a los delincuentes. Este sujeto era nada menos que el amigo incondicional de la Sanchez Vera y su esposa. El aprecio que le tenían hizo que la pareja lo hiciera padrino de su matrimonio.
“Walter Fernández es una persona cercana a nosotros, lo estimábamos mucho, eso es lo que me duele, era como una familia para nosotros. Fue el padrino de mi matrimonio, lo considerábamos bastante como una familia, pero me traicionó”, dijo la esposa del empresario minero a Cuarto Poder.
Santos Guillermo Sánchez Vera fue secuestrado el pasado 18 de enero sufrir una emboscada en la localidad de Bello Horizonte, La Libertad, cuando se dirigía de Pataz a Trujillo, donde residía. Durante el plagio, los secuestradores asesinaron al chofer y guardaespaldas del empresario minero.
Los facinerosos que serían integrantes de la banda ‘Los Pulpos’ exigían a la familia 10 millones de dólares y para presionar a sus familiares les enviaron escalofriantes videos mutilándole los dedos. Pese al pago de un millón y medio de dólares, el empresario minero fue asesinado por los secuestradores seis días después.
Su cuerpo fue abandonado en un terreno baldío en Santiago de Chuco, su cuerpo mostraba claras marcas de mutilación en las manos y otros signos de tortura; así como una inscripción que decía: ‘por no pagar completo”.
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