Su amor se multiplicó por tres. Lucerito y Benjamín tienen seis años de casados y deseaban tener un bebé. La alegría de convertirse en padres por primera vez les llegó por partida triple, combinado con la preocupación de que al ser trillizos la gestación se volvía de riesgo. La joven madre conversó con Trome sobre estas tres nuevas vidas que les impulsa a seguir esforzándose y a salir adelante con su familia.
Con solo 32 semanas de gestación, el parto se adelantó para Lucerito (28) y fue atendida en el Instituto Nacional Materno Perinatal (ex Maternidad de Lima), donde nacieron sus bebitos por cesárea.
Alitzel, Aysel y el único varoncito de estos trillizos, Darey, pesaron un kilo 555 gramos, un kilo 550 gramos y un kilo 115 gramos, respectivamente.
Al ser bebés prematuros, los recién nacidos estuvieron tres días en incubadoras de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y más de dos semanas en la de Unidad de Cuidados Intermedios.
La joven mamá acudía al Banco de Leche Materna tres veces al día para dejar el valioso alimento a sus tres bebitos y el papá, Benjamín, también iba a diario para verlos y seguir de cerca la recuperación de sus niños.
Tras veinte días, las criaturas tenían pesos de un kilo 800 gramos, aproximadamente, y lograron el alta, empezando por Alitzel.
“Ya están con nosotros, en casa, sanitos y mamoncitos. Nuestros trillizos son valientes, se han recuperado rápido, salieron muy bien en sus chequeos médicos de oftalmología, neurología, y siguen sus controles en pediatría y otras especialidades. Tenerlos es una bendición y sabemos que también una gran responsabilidad” dijo Lucerito a Trome, desde su casa en Chorrillos.
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