El Perú está en una zona de alta densidad de temblores y terremotos. Es más, hay un silencio de más de 200 años respecto a un gran sismo. Por ello es necesario estar preparados. Y qué mejor hacerlo con expertos japoneses, cuyo país es zarandeado cada cierto tiempo por terremotos como el del 2011, que destruyó medio territorio.
La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) viene haciendo un gran trabajo para reducir el riesgo de desastres en el distrito Mi Perú, en el Callao. Estos días, junto a la ONG FMYY, recorrieron el sector H a fin de evaluar los avances del proyecto que desarrollan en la zona.
Los dirigentes de la comunidad han organizado en este año y ocho meses actividades abiertas para sensibilizar sobre posibles desastres. Entre estas realizadas en la plazuela central, se incluyen simulacros, capacitación en el uso de extintores, elaboración de mapas de riesgos y talleres de concientización para niños y jóvenes, entre otras.
“Gracias al apoyo de los hermanos de Japón se ha incrementado la capacidad de respuesta por parte de los vecinos de la zona. Hemos aprendido a identificar los riesgos ante un movimiento sísmico o un incendio”, comentó Carlos Donayre, presidente del comité especializado en gestión de riesgo de desastres del sector H de Mi Perú.
De la misma manera, el Colegio Fe y Alegría 33, ubicado en el mismo sector, continúa trabajando en el fortalecimiento de la capacidad de preparación ante un desastre desde la educación, a través de actividades que involucran a estudiantes, docentes y padres de familia.
A partir de su experiencia en la visita a Chincha, Pisco y Paracas, zonas afectadas por el terremoto de 2007, los representantes de Mi Perú obtuvieron valiosos conocimientos para fortalecer la capacidad local para la gestión del riesgo de desastres. Asimismo, los testimonios de los sobrevivientes sirvieron para sensibilizar y visibilizar las consecuencias de un terremoto de gran magnitud.
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