Este otoño cálido, con mañanas frías y luego fuerte calor, aumenta la posibilidad de sufrir resfríos, gripe, faringitis, rinitis y otros problemas respiratorios más graves como bronquitis y hasta neumonía.
“Hay que aclarar que no es el frío en sí el causante de esas afecciones, pero es una condición que ayuda a preservar los virus e interviene en el contagio. En lugares cerrados o hacinados y sin ventilación, los gérmenes se propagan más fácilmente. También hay que tener cuidado en ambientes con aire acondicionado o calefacción”, dijo a Trome el epidemiólogo Jorge Samamé, del Instituto Carrión.
El otorrinolaringólogo Carlos Francia explicó que, a diferencia de las alergias, el resfriado se produce por virus (por eso hay contagio) y dura de tres a siete días. La mucosidad puede ser muy fluida y después se vuelve espesa, cambia de color y cuesta expulsarla.
CUIDADO CON LA FIEBRE
A su vez, el neumólogo José Pineda, del Hospital Rebagliati (EsSalud), enfatizó que los niños y adultos mayores son los más afectados en esta temporada, con síntomas como fiebre, malestar general, congestión y secreción nasal, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar.
RECOMENDACIONES:
- Lavado de manos.
- Vacunas: Contra neumonía e influenza.
- Cubrirse al toser o estornudar, con el pliegue del codo o papel descartable.
- No desabrigarse ‘de golpe’ cuando sienta calor.
- Dieta saludable.
- Ventilar ambientes (incluso al viajar en buses).
- Si se resfrió, no se automedique (puede causar resistencia a antibióticos).
- Si su bebé tiene síntomas, llévelo pronto al médico (podría derivar a neumonía).
- Tomar bastante líquido, alimentarse y descansar.
- No ir al colegio si está resfriado para no contagiar.