Para los católicos, el suicidio es el peor pecado. Sin embargo, eso no pareció importarle a James Csaszar, un sacerdote de Ohio que se suicidó el pasado miércoles por la mañana. El hombre se lanzó de un edificio de 82 pisos de altura.
El Radisson Blu Aqua Hotel se pintó de luto, cuando el sacerdote decidió usar sus alturas como medio para ejecutar su sentencia. Precisamente, una sentencia era lo que esperaba a James Csaszar. El sacerdote se encontraba siendo investigado por las autoridades de Ohio bajo la sospecha de pedofilia.
Irónicamente, James Csaszar era uno de los sacerdotes más reconocidos y queridos de la Iglesia de la Resurrección en New Albany. Sin embargo, se encontraba suspendido de sus actividades religiosas por la investigación en la que se encontraba.
Además de las denuncias, James Csaszar fue suspendido por "comunicaciones telefónicas y de texto cuestionables con un menor". Así lo informó la misma iglesia en un comunicado oficial a todos sus fieles.
James Csaszar, además de cargos de pedofilia, tenía acusaciones de malversación de fondos, mientras era líder de la iglesia St. Rose of Lima (Santa Rosa de Lima) en New Lexington, Ohio. La iglesia y feligreses habían acusado al sacerdote de usar los ingresos a su favor.
"Era muy cercano y se sentía bien hablar con él, siempre estaba allí para escucharte, sin importar dónde estaba o lo que fuera. Él era uno de mis favoritos. De todos los sacerdotes católicos a los que he conocido y con quienes me he afiliado, fue uno de mis favoritos", declaró una feligresa de la zona.
Según el sitio web de la diócesis de Columbus, James Csaszar ejercía como sacerdote desde junio de 1999, por lo que contaba con casi 20 años de actividad. El cura trabajó en la iglesia St. Rose Parish desde 2005 hasta 2016.
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