La variante delta o de la india es la amenaza más fuerte para el inicio de una tercera ola de covid-19 en el Perú, pues en Estados Unidos, China, Australia y Europa ya se encendieron las alertas por su alto porcentaje de contagios. Por eso, en esos países ya se estudia la posibilidad de inocular con una tercera dosis a su población a fin de que enfrenten con más eficacia al virus.
Ayer se conoció, por ejemplo, un estudio realizado en Israel que demuestra que la efectividad de la tercera dosis de la vacuna Pfizer contra la covid-19 es del 86 % en mayores de 60 años, grupo de edad que empezó a recibir en el país esa inyección de refuerzo a finales de julio pasado.
Solo 37 personas de las 149 mil 144 que habían recibido la tercera dosis contrajeron el coronavirus, frente a los mil 64 positivos entre los que solo contaban con dos dosis, según el ensayo realizado por la empresa Maccabi, uno de los cuatro proveedores de salud en Israel.
Además, el Ministerio de Salud israelí señaló que entre los pacientes graves de más de 60 años, 172 son no vacunados y 21 vacunados.
Pfizer ha dicho que la eficacia de su vacuna disminuye con el tiempo y que una tercera dosis ofrece anticuerpos neutralizantes significativamente más altos contra la covid-19, incluidas las variantes beta y delta altamente infecciosas.
De otro lado, un estudio de la universidad de Washington reveló que las personas vacunadas con Pfizer tienen una mayor resistencia ante la variante Delta.
Ayer, el ministro de Salud, Hernando Cevallos, indicó que “está en evaluación” la posibilidad de aplicar una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19 a los profesionales de la salud que se encuentran en la primera línea de lucha contra la pandemia. Aclaró que esto se hará con base a “evidencia científica”.
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“Estamos coordinando, no de ahora, con el Colegio Médico y con nuestro decano mantener un seguimiento estricto de cómo están las medidas de bioseguridad de los trabajadores de salud, incluyendo la posibilidad de una tercera dosis de vacuna, eso con evidencia científica y en el momento que consideremos pertinente”, expresó.
En la misma jornada, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés) de Estados Unidos, en un comunicado conjunto con los principales expertos médicos del Ejecutivo, anunció su deseo comenzar a administrar una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19 a partir del 20 de septiembre para aquellas personas que hayan recibido la segunda inyección ocho meses antes.
Pero antes la iniciativa deberá recibir el visto bueno de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés), la agencia encargada de aprobar los sueros, y de un comité científico de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
El Gobierno explicó que ha tomado esta decisión tras concluir que la efectividad de las vacunas de Pfizer y de Moderna disminuye con el paso del tiempo después de recibir las primeras dosis.
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Los primeros en recibir la tercera inyección serán las personas que primero fueron vacunadas en EE.UU., es decir, los profesionales sanitarios y las personas mayores que viven en residencias de ancianos.
Las autoridades de EE.UU. también anticiparon que es posible que necesiten recibir una dosis adicional aquellas personas que han recibido la vacuna de Johnson & Johnson (J&J), que es monodosis.
Hoy, se autorizó la tercera vacuna pero para un grupo muy reducido: personas con sistemas inmunitarios debilitados o que han recepcionado órganos trasplantados.
En Alemania anunciaron que la tercera dosis de refuerzo estará disponible a partir de setiembre para las personas en riesgo. Se usará una de las que son de tipo ARN (Pfizer o Moderna).
En mayo pasado, las autoridades del Reino de Bahréin anunciaron la apertura de un registro para que los más vulnerables puedan recibir una tercera dosis (personas mayores de 50 años, socorristas, personas con obesidad, inmunidad baja u otras condiciones de salud subyacentes). Además, deben haber pasado 6 meses de la aplicación de la segunda dosis de Sinopharm.
En Israel se amplió la aplicación de la tercera dosis de la vacuna Pfizer a todos los mayores de 50 años y personal médico, dos semanas después de haber iniciado esa campaña para los mayores de 60.
Lo mismo se decidió en Emiratos Árabes Unidos y en Francia la tercera dosis estará permitida para las personas inmunodeprimidas, que incluye a quienes hayan recibido trasplantes, tomen medicamentos inmunosupresores fuertes, entre otros. Se deberá aplicar cuatro semanas después de la segunda vacuna.
La República Dominicana es el primer país en América Latina en autorizar esta dosis de refuerzo.
En tanto, el alcalde de Moscú, Rusia, señaló en julio último que las clínicas de la ciudad comenzarían a ofrecer la tercera dosis. El único requisito era que debían haber recibido la segunda dosis hace seis meses o más.
A su turno, el Ministerio de Salud de Uruguay confirmó una tercera inyección a aquellas personas que recibieron la vacuna de Sinovac. La dosis de refuerzo deberá ser de Pfizer y se administrará como mínimo 90 días después de haber recibido el preparado chino.
Nuestro vecino, Chile, arrancó ayer, miércoles, la administración de terceras dosis de vacuna contra el COVID-19, que empezará con los mayores de 86 años.
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