Indignación ha causado en los vecinos de Carabayllo la muerte de un gatito tras el ataque de dos perros pitbulls que fueron sacados a pasear por su dueño sin su respectivo bozal.
Según un video que circula en redes sociales, el pequeño felino de color negro era zarandeado por los feroces canes que no lo soltaban para nada, pese al esfuerzo de su cuidador que los llevaba con una correa.
Todo esto delante de los asustados vecinos que no atinaban a acercarse por miedo a que los perros los ataquen a ellos.
El hecho se registró en el tercer parque de la urbanización Enace, en la parte sur de Carabayllo. En las imágenes se ve a una mujer policía que solo mira sin intervenir.
El hombre que lleva a los animales recoge al gato con su mano, lo pone encima de un auto, pero como los pitbulls se suben para seguir mordiéndole, coge al felino y finalmente lo deposita en la tolva de una camioneta estacionada en el lugar.
Hace unos días un equipo de investigación del diario El Comercio detalló que mafias que entrenan a perros bravos para peleas ilegales, utilizan mutilaciones, intervenciones genéticas, sobredosis de estimulantes musculares, crueles entrenamientos y hasta peleas con animales de carnada (sparring canino).
El ‘pack’ de servicios se ofrece clandestinamente en Lima con el principal objetivo de volver a los perros más agresivos hasta convertirlos en armas letales.
El primer paso para la transformación del can en una máquina de matar son las mutilaciones. Les cortan orejas y rabo a manos de pseudo veterinarios. Con este procedimiento se evita que los perros de combate no tengan partes vulnerables que puedan ser arrancadas en el ataque contra otro. El negocio de mutilar orejas es tan rentable que por una sola camada de 8 cachorros estos sujetos generan casi 5 mil soles, en menos de 3 horas.
El segundo servicio que esta red ofrece es la estimulación muscular por medio de inyecciones a base de proteínas, aminoácidos e incluso anabólicos que deforman la estructura corporal del perro.
También están los entrenamientos forzosos y se les somete a duros entrenamientos. En páginas de Internet ofrecen mochilas de hasta 40 kilos y arneses de arrastre.
Igualmente la estimulación para el ataque. A los perros de pelea se les prepara dejándolos sin comida por días. Luego se les pone un ave pequeña para que la persigan, despierten su instinto de búsqueda y se la coman. Después hacen lo mismo con presas más grandes, como conejos, hasta llegar a perros de su mismo tamaño.
Contenido GEC