Desolador. Así es el panorama actual de la comunidad shipiba-konibos de Cantagallo tras el incendio producido esta madrugada.
Afortunadamente no hay víctimas que lamentar, pero más de 300 familias se han quedado sin hogar.
Varias viviendas taller fueron reducidas a cenizas. Maquinarias y materiales para la elaboración de diversas artesanías y mochilas se consumieron por el fuego ante la vista de los pobladores.
De acuerdo a los testigos, el incendio se originó en la parte baja de la comunidad, después que los pobladores regresaron de una reunión a sus viviendas.
El municipio capitalino ha puesto a disposición de los afectados carpas y alimentos.
Mario Casaretto, subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima, señaló que los damnificados serán trasladados a un albergue.
Sin embargo, los pobladores no aceptan trasladarse a otra zona e insisten en quedarse en el Rímac.
No quieren ser reubicados. "Nosotros nos quedamos acá. Nos levantamos de cero, pero nos quedamos acá", aseguró una de las afectadas en diálogo con Trome.