Una vaca fue el protagonista de un curioso video que circuló en las redes sociales donde se le ve descendiendo de un tobogán mientras huía del matadero, por lo cual decidió irrumpir en el interior de un club de Nova Granada, en el interior de Sao Paulo (Brasil). Las imágenes impactaron a los usuarios y bautizaron al animal con el nombre de ‘Tobogá´.
La historia la relata Carlos Miguel Serante, un ganadero que cría este tipo de animales en un área que está cerca a la del mencionado club, donde reveló que estaba a punto de llevar a ‘Tobogá’ hacia el matadero, pero este escapó.
“Estaba en la dehesa (pasto utilizado para la cría de reces) y desde ahí se escapó hasta el límite del club. Yo fui a jugar, pero él entró al club, bordeó la cerca y entró a la piscina. Un tipo vino a decirme que se subió encima del tobogán. No lo creí. Lo seguimos, lo llevamos y me enseñaron el video de él en la piscina. No pensé que subiría. Es un garrote de dos años”, detalló Serante a G1.
El video muestra que, por el tramo final, el animal estaba atascado, por lo que un hombre lo ató con una cuerda para luego empujarlo hacia el agua; tras esto, y con ayuda de otras personas, consiguieron llevarlo hasta la superficie
De momento, se sabe que el buey no ha sufrido daño alguno tras lo visto en las imágenes, pero, con la repercusión del video, el propietario decidió desistir de su idea de llevarlo al matadero.
“Miré para ver si tenía alguna lesión, pero está bien. Se quedará aquí por la gente. La gente quiere saber dónde está. Él ha sido la atracción. Todos quieren saber. Queremos llevarlo al club”, asegura.
Al respecto, el presidente del club, Joao Luiz Andrade Zevole, relató a G1 su experiencia una vez conocido lo sucedido: “Cogí mi celular y pensé en filmar al buey como una broma, solo para decir que quería darse una ducha, pero no pude grabarlo. Cuando lo vi, estaba en el tobogán de agua (…) Él me estaba mirando, yo lo estaba mirando. Luego bajó del tobogán, se resbalaba, pensé que el tobogán no aguantaría”.
“Pensé que estaban bromeando e, incluso, pensé en ocuparme de otra cosa, pero fui a ver qué pasaba. Cuando llegué estaba luchando con el buey, pero bajó, se dio un chapuzón y se fue. Joao ya estaba cansado”, acotó Alaides Alves Pereira da Silva, dueño de la piscina.