Scott Chamolli, un dentista en Wisconsin (Estados Unidos), afrontará penas de cárcel por atentar contra la salud pública tras ser declarado culpable por dañar deliberadamente la dentadura de sus pacientes con el fin de que vuelvan a su consultorio para ser atendidos nuevamente.
El hombre de 61 años fue hallado culpable de cinco de los siete cargos de fraude a la Sanidad que se le imputaban. El veredicto final se conocerá el próximo 17 de junio y podría ser condenado hasta con 20 años de prisión, aunque la sentencia podría ser más flexible.
Según el fiscal, Chamolli presionaba a los pacientes para que se sometieran a estos procedimientos después de dañarlos, a pesar que ellos tenían los dientes en buen estado.
“Algunos de estos pacientes eran personas extremadamente vulnerables, con relaciones abusivas, que habían enviudado recientemente, que habían sobrevivido al cáncer y que vivían a duras penas para poder pagar los copagos requeridos para los procedimientos innecesarios que él facturaba”, comentó el fiscal durante el juicio.
El proceso se remonta a 2019, pues fue el año en que Scott Chamolli decidió vender su consultorio. En ese momento, los nuevos propietarios vieron los expedientes y se dieron cuenta del exagerado número de intervenciones que se realizaron durante los últimos tres años.
En algunas de estas sospechaban llamaba la atención la colocación de coronas, pues el odontólogo realizó 1600 procedimientos en tan solo 20 meses. El dentista elaboraba una media de 32 por cada 100 clientes, mientras que lo común es seis por cada 100, según advirtió la compañía de seguros que participó en el juicio.
Medios locales informaron que una antigua asistente testificó en el litigio y aunque tenía poco tiempo en la profesión se sorprendió de que el volumen de trabajo fueran tan exagerado, luego que el odontólogo consultara con una empresa de marketin que le recomendó vender más servicios.
En tanto, la defensa de Scott Chamolli alegó que lo único que había hecho el acusado era “trabajar duro”, ya que “su riqueza está ganada con mucho esfuerzo durante muchos años de práctica odontológica” en los que trabajaba cerca de 60 horas semanales.