Una conmovedora pero insólita noticia ha captado la atención de las redes sociales. Se trata del caso de Kristine Casey, una anciana de 61 años que decidió ayudar a su hija a engendrar a su propio nieto.
Todo empezó cuando Susan Casey y su esposo Bill Connel decidieron formar una familia en el 2004. Sin embargo, se toparon con un gran obstáculo cuando notaron que ella no estaba ovulando, lo que le impedía quedar embarazada.
Los esposos acudieron al Instituto de Medicina Reproductiva en Illinois, Estados Unidos para someterse a un tratamiento de fertilidad. Susan quedó embarazada de gemelos.
Sin embargo, la alegría de la pareja se vio completamente opacada al momento del alumbramiento. Y es que ambos bebés nacieron sin vida.
A pesar que quisieron volver a intentarlo, todos sus embarazos se vieron frustrados ya que el entorno que ofrecía la madre era completamente hostil para la concepción y posterior gestación de los bebés. ¡Una lástima!
Frente a esta dolorosa situación, Kristine, la madre de Susan, decidió ayudar a su hija. Es así que decidió someterse a un embarazo in vitro con el objetivo de gestar a su futuro nieto. Nueve meses después, la mujer de 61 años trajo al mundo al pequeño Finnean, convirtiéndose en la mujer de mayor edad en dar a luz en Chicago.
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