Aunque Bubba es una perrita muy pequeña de tan solo cinco años, tiene un apetito tan voraz que dejó a su familia sin cena en Navidad. Y es que mientras nadie la veía se metió a la cocina durante la noche y, a escondidas, se comió lo que sus amos habían estado preparando entusiasmados durante el día. Sí, ¡se terminó el pavo completo!
No fue hasta el día siguiente que la familia se dio cuenta de la travesura de Bubba. La encontraron tendida en la alfombra con todo el vientre hinchado y sin poder moverse. Allí empezaron a sospechar que algo raro estaba pasando. Cuando fueron a la cocina lo único que encontraron fue una minúscula lonja de pavo.
La figura de la traviesa mascota es mucho más menuda, sin embargo luego del festín que disfrutó durante toda la noche su pequeño estómago no daba para más y quedó de la misma manera que muchos de nosotros quedamos después de la cena: llenos, felices, hinchados y listos para dormir plácidamente.
Su dueño decidió compartir la aventura de Bubba en la cocina en Twitter, donde pronto se viralizó debido a lo cómico de la situación.
La familia dijo a Daily Mail que finalmente pudieron cenar gracias a unos familiares que compartieron con ellos más pavo y comida. Y en lo que respecta a Bubba, han decidido que entrará a dieta desde el primero de enero.
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