Christopher Precopia, de 21 años, evitó una eventual condena de 99 años de cárcel gracias a un selfie que se hizo con su familia y que compartió a través de Facebook, lo que le sirvió como prueba para demostrar que era inocente del delito que se le imputaba: allanamiento de la casa de su expareja para robarle con violencia.
En septiembre de 2017 las autoridades intervinieron a Christopher Precopia cuando se encontraba en su trabajo, un almacén de madera de la localidad estadounidense de Georgetown, en el estado de Texas, y lo acusaron de robo con intención de cometer otros delitos contra su expareja, según se supo a través de Facebook.
Aquel entonces el joven pasó un día en prisión y fue liberado luego que su familia pagara una fianza de 150.000 dólares. Tras ello supo que una exnovia lo había acusado de irrumpir en su domicilio y de herirla con un cutter, dejándole en el pecho un corte en forma de 'equis', de acuerdo a las informaciones publicadas a través de Facebook.
La noche del supuesto ataque, Precopia se encontraba con su madre en un hotel de la ciudad de Austin, a más de 100 kilómetros del domicilio de la denunciante, tal y como lo demuestra una selfie que se hizo aquel día con su familia y que publicó en su cuenta de Facebook. Sin embargo, pese a la contundente prueba, decidieron mantenerlo detenido.
Posteriormente, y ante las pruebas presentadas antes las autoridades, la joven admitió que mintió y que lo denunció porque años atrás había mantenido con él una relación difícil. Una vez demostrada la inocencia de Precopia, le fueron retirados los cargos el pasado mes de junio.