La pesadilla que se vivió en el “Robb Elementary School”, de Uvalde, son imágenes que se resistirán toda una vida a salir de la memoria de quienes terminaron salvándose y de quienes hoy están de duelo por la partida de un hijo, una hija, una madre, un sobrino o un primo. La nueva masacre de Texas, perpetuada el martes 24 de mayo, por Salvador Ramos, un joven de 18 años, ha dejado en shock a todo un pequeño pero unido distrito y ha cortado los sueños de 19 menores de edad y dos docentes de educación primaria.
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La mañana del último miércoles, Salvador Ramos, irrumpió en este centro educativo armado de AR-15, que compró legalmente cuando cumplió 18 años, y a sangre fía disparo a matar a cuanta persona encontrase en un salón de clase.
Las autoridades locales han confirmado que por ahora son 21 las víctimas mortales, aunque todavía no han anunciado sus nombres. Sin embargo, a través de redes sociales y de la propia comunidad texana de Uvalde se han ido identificado a los niños y maestras de este atroz crimen, que nos reafirma una vez más que la salud mental de la sociedad está en serio riesgo sino no nos abocamos a tratarla.
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Xavier López. De 10 años, fue identificado como una de las víctimas en la escuela primaria Robb, según confirmó su madre, Felicha Martínez, a The Washington Post. “Era divertido, nunca estaba serio y su sonrisa… Esa sonrisa nunca la olvidaré. Siempre alegraba a cualquiera”, dijo Martínez sobre su hijo de cuarto grado.
Precisamente , horas antes de la masacre, Xavier recibió un cuadro de honor en la escuela. Su madre estaba allí, orgullosa, para acompañarlo en la ceremonia y le tomó una foto con el certificado sin saber que esa sería la última.
Amerie Jo Garza. También de 10 años, fue la niña que intentó llamar al 911 pero al asesino acabó con su vida en ese momento. Berlinda Irene Arreola, la abuela de Amerie, reveló que el asesino, Salvador Ramos, le dijo a la clase de su nieta “van a morir” antes de comenzar su masacre. En ese momento, la niña hizo el intento de llamar a emergencias, pero el tirador la ejecutó. “Ella estaba sentada al lado de su mejor amiga. Su mejor amiga estaba cubierta de su sangre”, expresó la abuela. Berlinda.
“Gracias a todos por las oraciones y la ayuda para tratar de encontrar a mi bebé. Ella ha sido encontrada. Mi pequeño amor está ahora volando alto con los ángeles de arriba. Por favor, no den nada por sentado ni un segundo. Abracen a su familia. Díganles que los aman. Te quiero, Amerie Jo. Cuida a tu hermanito por mí”, escribió su padre Ángel Garza en su Facebook.
Uziyah García. De 10 años, ha sido identificado como una de las víctimas, según confirmó su familia a a CNN. Estaba en cuarto grado, dijo su tía Nikki Cross. Su tío Mitch Renfro lo describió como un “gran niño. Lleno de vida. Amaba todo lo que tuviera ruedas y los videojuegos”.
La lista de los niños victimados la completan:
Eva Mireles. Una educadora durante 17 años, enseñaba a alumnos de cuarto grado en la escuela primaria Robb y estaba casasa con Rubén Ruiz, un oficial de policía de Uvalde. La hija de la pareja se graduó recientemente de la universidad.
Irma García. La otra maestra asesinada fue madre de cuatro hijos y estuvo casada con su esposo durante 24 años. La noticia de su deceso la confirmó su hijo, Christian García, a NBC News. García enseñó en la escuela durante 23 años, según su perfil escolar en línea. Por su parte, su sobrino, reveló en redes sociales que su tía “se sacrificó protegiendo a los niños en su salón de clases”.
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