Con la llegada del coronavirus, declarado en el 2020 como una pandemia, hemos introducido en nuestro vocabulario una serie de palabras y hemos aprendido a cambiar nuestros hábitos para sobrevivir a las olas de contagios. Ahora, con la llegada de la variante ómicron, algunos refieren que se trata del fin de la pandemia y que el COVID-19 pasará a ser endémico pero, ¿qué quiere decir eso?¿será cierto?
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La sintomatología de la variante ómicron, en la mayoría de casos leve, viene generando la sensación de que se trata del inicio del fin de una pandemia, que tantas vidas ha arrebatado a lo largo de dos años. El gobierno de España ha llamado a considerar el coronavirus como una enfermedad endémica, algo que la OMS y expertos consideran prematura y una falsa esperanza porque aún afecta el sistema sanitario.
Para el doctor Anthony Fauci, consultor médico del presidente estadounidense Joe Biden, aún estamos en la primera de las “cinco fases pandémicas”, con un impacto todavía muy negativo en el mundo. Mencionó que la primera fase es la “verdadera pandemia”, “donde el mundo entero se ve realmente muy afectado negativamente como ahora”. Las otras cuatro fases, con las que recién se podría empezar a pensar en el fin de la crisis sanitaria, son la desaceleración, control, eliminación y erradicación. La fase de control es la considerada endémica, pero ¿qué significa que el virus sea endémico?¿Qué tan posible es?
Significa que el virus del SARS-COV-2 continuará circulando en alguna parte del mundo durante años, pero su prevalencia e impacto serán menores, por lo que se parecerá más a una gripe. Para que una enfermedad infecciosa se considere fase endémica, la tasa de infecciones debe estabilizarse durante el paso de los años y no presentar picos difíciles de manejar, como ocurre en la actualidad con el COVID-19.
Las endemias también puede referirse a una alta prevalencia crónica de una enfermedad en un dicha área o grupo, indica la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Hay que aclarar que el término “endémico” se refiere a una enfermedad que está constantemente presente, independientemente de su gravedad. La malaria, por ejemplo, es una enfermedad endémica en áreas tropicales y subtropicales y solo en 2020 mató a 600,000 personas.
La Organización Mundial para la Salud dijo que la redefinición del coronavirus como una enfermedad endémica es lejana aún. “Seguimos teniendo una gran incertidumbre y un virus que evoluciona rápidamente”, dijo Catherine Smallwood, experta en enfermedades infecciosas de la sede europea de la agencia de salud de la Organización de las Naciones Unidas, en Dinamarca. Una calificación endémica significa, además, que habrá menos recursos disponibles para combatirla, ya que dejaría de ser considerada una emergencia de salud pública.
Muchos científicos consideran que la variante ómicron representa un periodo de transición para llegar a que el coronavirus sea una enfermedad endémica, debido a que el contagio masivo generará una importante capa de inmunidad natural, tiendo en cuenta, además, que es menos grave que la variante delta.
Debido a que no afecta a los pulmones, genera menos hospitalizaciones y pacientes en unidades de cuidados intensivos, se cree que con el tiempo el COVID-19 será como otros coronavirus que causan resfriados, pero hoy seguimos en pandemia.
Esa sensación de enfermedad leve está reforzada también por la inmunidad que generan las vacunas, pero hay que recordar que hay casos de personas que fallecen por no vacunarse. Además, esta nueva ola ha hecho colapsar los sistemas de salud, desde las largas colas para someterse a un test de descarte.
Para Eddie Holmes, biólogo evolutivo que ayudó a publicar la secuencia del genoma del Sars-CoV-2 en enero de 2020, la mayor preocupación es que surjan nuevas variantes. Este virus circula por todo el mundo, y se sabe que es precisamente la alta circulación la que favorece la aparición de nuevas variantes.
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