A propósito del último fuerte sismo que sacudió México, el último lunes 19 de setiembre, en el marco del recordatorio de otros dos movimientos sísmicos que ocurrieron en suelo azteca en la misma fecha pero en distintos años (1985 Y 2017), es oportuno recordar los canales de comunicación con esta entidad del gobierno mexicano que busca prevenir mayores daños en un desastre natural.
La coincidencia de que el pasado lunes se produje un movimiento telúrico de 7.7 en la escala de Richter, sin pérdidas humanas que lamentar, hizo que nuevamente el tema de la prevención y las líneas de emergencia saliese a debate.
Y es que una herramienta que el gobierno mexicano ha puesto a disposición de su ciudadanía es la alerta sísmica, la misma que efectivamente se activó este lunes segundos antes del remezón que puso en ascuas a todo México. Sin embargo, hubo lugares en donde esta alerta no llegó a producirse.
En los más de 3 mil 860 altavoces de la Ciudad de México, se activó la alerta sísmica por un minuto, con una leyenda al final en referencia al simulacro.
Sin embargo, algunos ciudadanos reportaron que no lograron escuchar el sonido de alerta; otros tantos afirmaron que los altavoces de la Ciudad de México no funcionaron o que el sonido que emitieron fue demasiado bajo.
En ese caso lo que podemos hacer es lo siguiente:
Después del sismo del 19 de septiembre de 1985 comenzaron las primeras pruebas piloto de sonidos para una futura alerta sísmica. Fueron ingenieros de audio de la Asociación de Radiodifusores del Valle de México quienes intentaron sintetizar un sonido grave y de alto alcance que activara un sentido de alerta de la ciudadanía.
Primero se usaron sirenas parecidas a las de ambulancias y patrullas y se reproducía en escuelas públicas de la capital, pero este sonido tuvo que cambiar.
“Los niños cumplían con las prácticas de protección civil, pero cuando pasaban ambulancias o patrullas, algunos niños y maestros comenzaban a salir creyendo que un temblor ocurriría”, contó Juan Manuel Espinosa, titular del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico.
Fue hasta 1993 cuando la Alarma Sísmica pasó de ser un proyecto experimental a ser un servicio público. Para ello, se contrató al actor de doblaje Manuel de Llata García para grabar el aviso que hoy resulta tan familiar.
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