Una de las principales indicaciones de los nutricionistas al momento de elaborar una dieta personificada, es aumentar el consumo de fibra. Y es que este componente, principalemente presente en los vegetales, es ideal para mantener nuestro sistema digestivo funcionando al 100%. A continuación te traemos los principales puntos de debes tener en cuenta para conocer todos su beneficios y en qué alimentos encontrarla.
La fibra dietética, también llamada fibra alimentaria, es la parte comestible de los vegetales que el cuerpo es incapaz de digerir o absorver. A diferencia de las grasas, proteínas o carbohidratos, esta no es descompuesta por el organismo y pasa casi intacta a través del estómago, intestino delgado y el colón, hasta salir del cuerpo.
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Existen dos tipos de fibra, la soluble y la insoluble. El primer grupo está compuesto por alimentos con la avena, los guisantes, las manzanas, las zahanorias, los frijoles, los cítricos, los guisantes y la cebada, los mismos que se disuelven en agua y ayudan a reducir el colesterol y los niveles de glucosa en la sangre.
La fibra insoluble es ideal para los que sufren de estreñimiento ya que promueve el movimiento de los alimentos por el aparatato digestivo y aumenta el volumen de las heces. En este grupo están incluidos los frutos secos, las verduras como la coliflor, las papas y la harina de trigo.
La fibra tiene un impacto muy positivo en nuestro organismo. Entre sus beneficios están la sensación de saciedad, por lo que es ideal para las dietas, mantener el buen estado la flora intestinal, los niveles adecuados de azúcar en la sangre y regula la evacuación.
Por el contrario, la falta de fibra en nuestra alimentación puede provocar estreñimiento, colitis ulcerosa, síndrome de intestino irritable o inclusive cáncer de cólon.
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Recuerda que la fibra se encuentra en casi la totalidad de alimentos de origen vegetal, sin embargo hay verduras como el brócoli o el repollo que contienen niveles más altos. También debes incluir en tu dieta frutos secos, semillas, cereales integrales, legumbres y granos. Asimismo, las frutas tiene un buen aporte de fibra.
Para todos aquellos que necesitan aumentar su consumo de fibra en su dieta diaria recomendamos sustituir los alimentos procesados por su versión integral, comer más verduras crudas y fruta fresca (trata de incluir siempre la cáscara) y añadir en cada comida algún alimento rico en fibra como frutos secos o ensaladas.
Ten en cuenta que este aumento de fibra en la alimentación debe ser paulatino para evitar problemas gastrointestinales. Asimismo, es importante tomar abundante agua para evitar que la fibra se asiente en el intestino.
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Una dieta rica en fibra se traduce en una disminución en el riesgo de padecer problemas respiratorios, cardiovasculares o infecciosos. Además, evita el estreñimiento y mantiene nuestro intestino sano, ya que favorece la evacuación, y previene enfermedades como la diverticulosis, la obesidad, la presión arterial y la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 y cáncer.
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