En esta nueva ola pandémica del COVID-19, los niños también se han visto afectado por los contagios, ocupando también salas de hospitalización, UCI, incluso con fatales decesos, lo que ha hecho sonar las alarmas y acelerar las vacunaciones.
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Aunque el Covid generalmente no se manifiesta en formas graves en los menores, cada vez ingresan en los hospitales más niños de edades tempranas. Italia ha registrado, en la última semana, unas 400 hospitalizaciones de niños de entre 5 y 11 años, casi la mitad de los 834 ingresados menores de 19 años.
En Estados Unidos confirmaron un creciente número de contagios y hospitalizaciones por la variante ómicron en la población más joven. Registra 672 niños internados a diario durante la primera semana de enero, la cifras más altas de menores recluidos en centros médicos desde que inició la pandemia, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Muchos de los pequeños afectados, al igual que en otros países, no tienen la edad suficiente para ser vacunados. ¿Qué es lo que ocurre con los niños? ¿Por qué se complica la enfermedad? ¿Cuáles son los síntomas?
La mayoría de los niños contagiados con la variante ómicron presentan:
Las complicaciones que pueden tener los menores son:
Los niños que ya tienen una enfermedad respiratoria, como asma grave, pueden considerarse de mayor riesgo. Los síntomas que deberían ser alarmantes:
Los datos de farmacovigilancia de Estados Unidos, donde más de nueve millones de niños entre 5 y 11 años han recibido una dosis de la vacuna, confirman que la vacuna es segura y eficaz.
De 8,7 millones de dosis administradas entre el 3 de noviembre al 19 de diciembre, se comunicó sólo un 0,05% de eventos adversos, y casi ninguno de los casos presentó gravedad. Hubo 11 miocarditis, siete de las cuales no fueron graves y cuatro continúan en observación.
Ómicron es 70 veces más contagiosa que otras variantes calificadas de preocupación por la OMS. Esto se debe a que sus mutaciones permiten que el virus entre más fácil en las células humanas y se vuelve más contagioso. Es como, por ejemplo, cuando hacemos una llave nueva y cuesta más abrir la puerta, pero, con el uso, la llave se va afinando. El objetivo es contagiar más para convertirse en patógenos endógenos, es decir, quedarse con nosotros para siempre.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las medidas más eficaces que toda persona puede tomar para reducir la propagación del virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19 son mantenerse a una distancia de al menos un metro de las demás personas, llevar una mascarilla bien ajustada, abrir las ventanas para ventilar las estancias, evitar los lugares abarrotados o poco ventilados, mantener limpias las manos, toser y estornudar en la flexura del codo o en un pañuelo desechable y vacunarse cuando les llegue el turno.
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