El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su cebichito de perico, su arroz con mariscos y su chicha morada heladita.
“María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con ‘El Sonámbulo’, el mítico periodista de Policiales. Estaba con su sacón negro y fumando un cigarrillo. Lo vi buscando con una lupa su archivo personal, pues el veterano periodista no confía en Wikipedia ni en Google. Él tiene un extraordinario archivo fotográfico y, sobre todo, periodístico en su casillero.
Si el célebre ‘Cigarrito’ tenía en sus casilleros ternos, ropa interior, perfumes, talcos y demás utensilios para la tramposería, ‘El Sonámbulo’ posee su archivo periodístico de Policiales. Allí me enseñó los reportajes que escribió sobre el temible asaltante de residencias, el ‘Loco’ Perochena. Es que nuevamente hay una ola de asaltos a residencias, Gary, como en los años ochenta cuando desató la tristemente célebre banda de asaltantes de residencias apodada ‘Los elegantes’. Los apodaron así porque llegaban a las residencias de Monterrico, La Molina o San Borja elegantemente vestidos. Era el primer año del gobierno democrático de Fernando Belaunde y ya no había pena de muerte, como en los tiempos de los ‘milicos’. Los delincuentes volvieron a hacer de las suyas.
Perochena, su lugarteniente ‘La gringa’, y el ‘Negro’ Candela’ no asaltaban las residencias en la madrugada o cuando no había nadie. Ellos llegaban como si fueran vendedores de seguros, de artefactos eléctricos, impecablemente vestidos y las empleadas del hogar y las dueñas de las residencias no desconfiaban. Adentro sacaban sus armas y con excelentes modales amarraban a todos y pedían que les indicaran dónde estaba la caja fuerte y las joyas. Y se iban como si nada, incluso pidiendo disculpas a las dueñas de la casa. Una víctima relató: ‘Eran elegantes, guapos y muy galantes’. Su suerte acabó cuando asaltaron la residencia de ‘Vitocho’ García Belaunde, secretario de la presidencia de la República y sobrino del jefe de Estado. El presidente Belaunde dio un ultimátum a la policía y cayeron toditos en tiempo récord.
Hoy, Gary, los asaltantes de residencias están utilizando otra modalidad. Van a una residencia previamente estudiada ¡¡en un taxi de aplicación!! El chofer no sabe nada. Llegan a su destino y le dicen ‘espere un momentito, ya salimos’. Entran con pana y elegancia y barren con joyas, dinero, laptop, televisores LED y se van conversando como si nada. Los vecinos, al ver al taxista, no desconfían. Estos ladrones planean hacer su agosto en fiestas navideñas”. Pucha, lo que me dice el señor ‘Sonámbulo’ me pone los pelos de punta. Hay que estar muy prevenidos para que no nos malogren la Navidad. Me voy, cuídense.
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