Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso ají de gallina con arroz blanco, aceituna y huevito duro. También pidió una jarrita de emoliente tibiecito. “María, para nadie es secreto que estas elecciones han mostrado de manera muy fuerte -y quizás ahondado- la fragmentación y división que vivimos como país, que prácticamente parece partido en dos.

La gente está en ascuas de resultados electorales, otros ya cansados solo quieren que todo se defina ya. No perdamos de vista que ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta llegó con un marcado respaldo de la ciudadanía.

Ahora no queda más que esperar, pero el hambre, la salud, la necesidad de trabajar, son temas que no nos esperan. Hay madres luchando por sostener ollas comunes, muchas personas tratando de sobrevivir con ‘cachuelos’, pacientes de y de otras enfermedades que no alcanzan a atenderse, abandono escolar y universitario que se agudizó por carencias económicas debido a la pandemia.

Exijamos el correcto accionar de las instituciones, pero también cumplamos con el respeto a la autoridad. Como conversábamos ayer, quien asuma la presidencia debe tener presente que tendrá a casi a medio país disconforme, y debe enfocarse en gobernar para todos: costa, sierra, selva, norte, centro, oriente y sur, todos somos Perú.

Hay mucho trabajo pendiente y la amenaza de la ‘tercera ola’ de la pandemia no nos debe agarrar más desunidos que antes. Lo que se viene no será fácil, con cualquiera de las dos candidaturas que resulte ocupando el sillón presidencial. Y desde el lado religioso y espiritual, como expresaba monseñor Carlos Castillo: ‘Tenemos que pedirle al Señor que nos ayude a sobrellevar todo periodo difícil que viene, que no es fácil (…) en todo el mundo hay una crisis generalizada muy grande’. }

La pandemia no nos deja tranquilos, hay problemas de deficiente gestión pública, corrupción, incertidumbre en el panorama de la economía y han crecido los niveles de empleo informal (afecta a 11.2 millones de peruanos y gran parte de ellos son trabajadores independientes, reportó la Cámara de Comercio de Lima).

Sumado a todo eso, un fuerte ambiente de reacciones de intolerancia en las calles y redes sociales. Los candidatos firmaron y juraron cumplir la Proclama Ciudadana para vivir en democracia. Monseñor Pedro Barreto recalca que el Perú se merece vivir en un ambiente de tranquilidad y ‘tenemos que aceptar nos guste o no este resultado electoral’”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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