Por esta pandemia muchas personas sufren con frecuencia trastornos mentales. Por eso la Seño María nos trae tips para superar estas malas experiencias.
No te preocupes por lo que no puedes controlar.
Mi amigo, el fotógrafo Gary, trabajó el domingo desde temprano y pasó por el restaurante para llevarse un estofado de res, arrocito blanco con ajicito molido y su refresco de agua de carambola.
“María, la cuarentena ha hecho que mucha gente pase más tiempo en casa haciendo el llamado teletrabajo y los chicos sentados varias horas frente a las tablets y laptops para seguir sus clases escolares. Se trata de un año atípico por la pandemia.
Lo malo de todo esto es que podemos caer en el sedentarismo, que sumado a la mala alimentación es una combinación que puede traer malas consecuencias a nuestra salud.
Los expertos señalan que para estar sanos hay que alimentarse con comida sana y practicar ejercicios para prevenir la diabetes y otras enfermedades. De igual modo, por esta larga pandemia, muchas personas sufren con frecuencia trastornos mentales como ansiedad, estrés crónico y depresión. Aquí te dejo unos tips que nos pueden ayudar a superar las malas experiencias.
No compares tus momentos malos con los momentos felices de otros. Vive tu vida, tú eres un ser único.
Elimina de tu vocabulario las palabras ‘debería’ y ‘tendría que’. Hasta donde puedas, ponte metas realistas y disfruta el momento. Recuerda, no eres un robot.
No te preocupes por lo que no puedes controlar. Enfócate en lo que te corresponde y está dentro de tus posibilidades. Deja lo demás a un lado.
Deja de pensar en todo lo malo que pueda suceder. Según los psicólogos, ‘la ansiedad sobrevalora el riesgo y no valora tu capacidad para afrontarlo’.
No eres propiedad privada de nadie. Tienes derecho a decir hasta dónde puede llegar el otro en su relación contigo y decir ‘no’ en cualquier momento.
No puedes cambiar a las personas, pero sí la forma en que interactúas con ellas. Se puede influir en otras personas, pero solo hasta cierto punto.
Permítete fracasar. Equivocarse o fallar es normal, la perfección no existe. En realidad, de los errores se aprende.
El lugar donde estás no es lo que eres. No te define, puede que estés sin trabajo, pero eso no te convierte en inútil. Busca superarte cada día”. Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.