Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cabrito con frejoles, sarsa criolla y yuquita sancochada. Para tomar, pidió una jarrita de naranjada con hielo. “María, . Se armó una bronca con la policía de ese país que custodiaba el hotel donde los jugadores peruanos estaban concentrados para el partido amistoso pactado contra Marruecos.

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Los seleccionados intentaron saludar a los hinchas que fueron a dar un banderazo y allí empezó todo. Gallese, Yotún y Valera se enfrentaron a los agentes con empujones y gritos. Al final, el tema pasó a la comisaría. El capitán y arquero de la selección de Perú fue puesto en libertad a las 5 de la mañana sin cargos tras ser detenido por la Policía Nacional española en Madrid, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.

Esto nos pudo costar caro, pues en otros países tocar a un agente del orden es un delito muy grave. En el Perú se ha normalizado insultar, pechar, ‘cholear’ y hasta golpear a los efectivos del orden, sin que pase nada. Ya vemos cómo en las recientes protestas se quemó vivo a un agente que trataba de dar seguridad en las protestas sociales registradas en Juliaca. Y hay cientos de sus compañeros heridos. Queda como lección para el futuro, que cuando uno va a otro país hay que respetar las leyes y a las autoridades.

Tuvo que intervenir la misma Cancillería para evitar que el tema pase a mayores. Si hubiera sido un peruano desconocido, ahorita estaría preso y con un proceso abierto por agresión a una autoridad. Hace unos meses circuló un video de un agente canadiense. Este mostró el armamento que llevaba en su patrullero para enfrentar las emergencias. Iba desde una pistola de electricidad hasta un fusil de guerra. La idea es que la autoridad siempre tenga mayor calidad y cantidad de fuego que la delincuencia.

Aquí, los malos fiscales detienen, procesan y encarcelan a los policías que en uso legal de la fuerza disparan a un delincuente. Quieren que hampón y policía estén en el mismo nivel. El colmo por donde se le mire y por eso nadie respeta a los uniformados. Cierto también que deben ser mejor preparados y elegidos psicológicamente, pues se sabe de muchos policías abusivos, matones y vulgares que nada tienen que ver con la institución.

Pero la base es que todos deben ser respetados por lo que representan: una institución cuya misión es velar por la seguridad de la ciudadanía. Creo que se deben modificar las leyes para castigar al mal policía y no darle la posibilidad de regresar a la institución de la que ha sido expectorado, pero también sancionar a los que abusan de la población civil. Solo así podremos combatir con rigor y moral a la delincuencia, que poco a poco está desbordando a la sociedad peruana”. Muy buenas palabras de Gary, Me voy, cuídense.

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