Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un escabeche de pollo con su camotito amarillo sancochado y rocoto molido. Para tomar, pidió limonada heladita para matar el calor. “María, en estos últimos meses nos han caído las ‘siete plagas de Egipto’. En la sierra sur hubo sequía, dio un golpe de Estado, el arrasó con el norte y, encima, sectores radicales aprovecharon el vacío de poder para atacar los locales públicos y privados, y bloquear las carreteras y los aeropuertos. Con todo esto la economía nacional se ha ido al agua y este mes no creceremos como se había previsto.

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Es decir, habrá falta de trabajo, muchos negocios cerrarán y menos llegarán las inversiones desde afuera, para felicidad de los marxistas y analfabetos funcionales que viven de los pobres y quisieran que nunca salgan de ese estado para seguir engañándolos, como es el caso de esa congresista dizque de izquierda que hace poco se compró al contado un departamento lujoso en el exclusivo distrito de San Isidro. Y se dice ‘luchadora social’, cuando más bien es una burguesa a toda ley que de lunes a viernes se pone su uniforme de ‘proletaria’ para usufructuar del Estado.

Bueno, ahora que se han calmado un poco las protestas, resta al gobierno de hacer algo para reactivar la economía y atraer las inversiones que, efectivamente, dan trabajo y dinero a los peruanos.

Así engañan al pueblo

No como los comunistas que sueñan que con una nueva Constitución automáticamente tendrán casa gratis, educación para sus hijos en las mejores universidades y sueldos como el de los congresistas. Eso no existe. Así engañan al pueblo y los seguirán engañando.

La fórmula para salir de pobre ha sido siempre esta: trabajo, sacrificio y creatividad. Mucho trabajo para ahorrar, sacrificio para dejar los vicios y el ocio a fin de lograr un objetivo, y creatividad para ser un emprendedor, un pequeño empresario y desde ahí mejorar nuestra propia economía.

Lo que se necesita también es atraer las inversiones con un país estable a nivel social y jurídico. Hay que escuchar las demandas del pueblo y atacar a los violentistas, los mineros ilegales, los narcotraficantes y terroristas que están detrás de las protestas radicales. Hay que llevar el Estado a todos los rincones del país con buenos hospitales, excelentes colegios, carreteras que los conecten con los mercados, con la modernidad de las telecomunicaciones. Hay que hacer que nuestros compatriotas, así vivan en el pueblo más remoto de la selva o la sierra, se sientan peruanos a toda ley. Esto sirve para los aimaras, quechuas, asháninkas y otras nacionalidades dentro de nuestro territorio. Hay que hacer obras, pero para los que lo necesitan.

No como para esos congresistas que acaban de aprobar la construcción de un policlínico exclusivo para ellos por dos millones de soles, cuando hay hospitales que ni medicina tienen. El colmo”. Bien dicho. Me voy, cuídense.

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