Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito al jugo con papas doraditas, arroz blanco bien graneado, rocotito y, para tomar, un emoliente al tiempo. “María, el aumento de la delincuencia en el país es realmente alarmante. Ahora cualquier ratero tiene un arma de fuego y no duda en disparar a matar para quitarte hasta un celular viejo. Pese a los esfuerzos de la Policía, hay más asaltos, secuestros, extorsiones, asesinatos y otros graves delitos, con la participación de hampones extranjeros.
Ante tanta desprotección, los ciudadanos de bien se sienten indefensos y muchos prefieren armarse para defender por propia mano su vida y la de sus seres queridos. No es recomendable enfrentarse a balazos con criminales sanguinarios, pero la desesperación de la gente crece. Hace unos días asaltaron a un cambista en Lima Norte y le robaron 50 mil soles. Pero en una anterior oportunidad le quitaron 100 mil soles y hace poco le arrebataron su carro, por el que encima le pedían rescate para entregárselo.
No puedo ni imaginar el nivel de impotencia, desesperación, miedo y angustia que deben sentir esa persona y sus seres queridos. No solo atentan contra su vida, sino que los destruyen económicamente, truncando sus proyectos de vida. Así no se puede vivir.
En otro caso, dos peligrosos hampones asaltaron a balazos a dos personas que estaban en el interior de un auto, en Surco. Pero les salió mal porque sus nuevas víctimas eran nada menos que policías vestidos de civil. Uno de los agentes respondió al ataque y acabó con la vida del que les disparaba, mientras que el otro delincuente, el que conducía la moto, fue herido y detenido.
El gobierno de la señora Dina Boluarte debe hacer algo drástico contra la delincuencia para impedir que aumente, porque ya hemos llegado a niveles intolerables de violencia. De lo contrario, vamos a seguir viendo más cowboyadas en la ciudad entre los buenos y los malos.
Sí se pueden hacer grandes cambios. Pero todo debe partir de la voluntad política. En 1989 Nueva York era considerada una de las ciudades más violentas de Estados Unidos, así que el alcalde Rudolph Giuliani, junto con el jefe de la Policía, William J. Bratton, diseñaron un plan contra la delincuencia al que llamaron ‘Tolerancia Cero’.
Incluía aumentar la presencia policial en las calles con miles de agentes. También incidía en la prevención, con controles y batidas diarias, a cada hora, para encontrar a toda clase de criminales requisitoriados, como violadores, asesinos, narcotraficantes, terroristas.
Entre 1990 y 2007 se redujo la delincuencia en un 77 por ciento, convirtiendo a Nueva York en una de las ciudades más seguras. El gobierno peruano tiene que asumir su responsabilidad y actuar de forma decidida”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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