Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un bistec encebollado con arrocito graneado y una jarrita de emoliente. “María, terrible lo que pasó el fin de semana en un concierto que daba la cantante folclórica Flor Pileña en Manchay.
Un sicario de una mafia extranjera disparó al escenario y mató al bajista de la artista, quien también estuvo a punto de morir. Una organización criminal exige cupos a los artistas y empresarios que organizan fiestas y a los que se niegan les meten bala o arrojan explosivos.
La situación ya se está desbordando en el país por culpa de bandas de criminales despiadados, la mayoría venezolanos. Es hora de detener esta vorágine de sangre y pólvora, para no llegar a lo que pasan nuestros hermanos ecuatorianos, donde hace poco fue asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio a manos de asesinos a sueldo pagados por el narcotráfico. Su delito: prometer que de llegar a la presidencia los combatiría con toda la fuerza de la ley.
En México, las mafias del narcotráfico han penetrado el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la Policía y hasta el Gobierno central. Todos los días matan a decenas de personas y hasta tienen zonas liberadas, como Sinaloa, la guarida del tristemente célebre Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Ayer, el Congreso, que solo piensa en viajecitos, prebendas y en protegerse entre ellos, dio una estocada final a la iniciativa del Ejecutivo para la creación de la Policía del Orden y Seguridad, cuyos miembros serían preparados para el patrullaje en la ciudad y prevención de delitos.
Ante ello, los ciudadanos se ven desprotegidos y poco a poco están tomando la justicia por sus manos, como es el caso de los mototaxistas y comerciantes de La Victoria, que han dado un plazo de tres días para que se vayan los venezolanos de su zona. El domingo, un empresario trujillano se enfrentó a tiros con dos sujetos que dispararon a su casa para exigirle el pago de cupos. Uno de ellos, menor de edad, fue herido y el otro huyó abandonando la motocicleta en la que llegó. A ese nivel hemos llegado. El pueblo mismo busca defenderse ante la inacción de las autoridades.
- Evita lucirte con joyas o prendas caras. Así invitas a que los ladrones te roben.
- No des información importante de tus ingresos o propiedades a cualquier persona, incluso a tus amigos. Los delincuentes trabajan con datos que luego usan para extorsionarte.
- Si te llaman para extorsionarte, de inmediato denuncia a la Policía. Pero antes graba las conversaciones y los mensajes, que serán pruebas del delito.
- Nunca entregues dinero. Los delincuentes son insaciables. Si les entregas cinco mil soles, luego te pedirán diez mil o más. Mantente firme”. Buenos consejos. Me voy, cuídense.