El Chato Matta llegó al restaurante por una chita a lo macho, con una porción de arroz, yuca y rocotito molido. Para calmar la sed pidió una jarrita con agua de carambola fresquecita. “María, estaba muy preocupado por mi hermano Pancholón. No lo veía desde el año pasado.
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No lo ubicaba en su clásico búnker, mejor que el de la ‘Foquita’. Ni contestaba el celular. Una mañana le hice la guardia en su casa y lo vi llegar de ‘boleto’. Olía a colorete barato y ron. ‘Chatito, tú eres mi hermano, cambié de celular y de point. Las locas, ‘zapatos rotos’ y ‘largadores’ me persiguen’.
Me hizo subir a su camioneta y me invitó un cebiche chalaco en su nuevo ‘hueco’, el ‘Bar Puchunguero’ de San Miguel, que está dando la hora con comida y pantaloncitos serios. ‘Allí me reúno con mi causa Kike Paravicino, el mejor anfitrión de los peruanos si llegas a Miami’.
En el local de ‘Puchungo’ tocan la mejores orquestas y cantantes del momento, la noche que fui le tocó turno a la orquesta de moda, N’Samble, y ‘Kike’ les pidió ‘Conflicto de amor’, y que se la dediquen a Pancho, que quería desahogarse. ‘Por grande que sea el problema/ No separemos nuestras vidas/ Y por más duro que sea hay que encontrar la salida/ La vida tiene problemas/ Y tenemos que afrontarlos/ Con amor y con paciencia/ Podemos solucionarlos…’.
PANCHOLÓN CON DIABETES, HIGADO GRASO Y PROSTATITIS
El trago subió y esa noche el gordito me hizo varias revelaciones. ‘Chato, todos me ven reír, pero la procesión va por dentro. Me diagnosticaron que tengo diabetes grado dos, hígado graso y prostatitis crónica. Para colmo, estaba ‘chocolateando’ con unas venequitas que son recontra bien intensas y cada noche era una pesadilla.
Los años no pasan en vano. Pero no puedo con mi genio, ahora estoy saliendo con una ucraniana que me contrató para que le solucione algunos problemas legales, pues su marido está preso purgando una pena de 15 años de prisión. Ella tiene unos ojos como el mar celeste de Punta Cana y su color de pelo ensortijado es como el sol brillante con todo su esplendor.
La colorada me dice en su español masticado: Quiero olvidarme de mi marido y ser tu mujer, que me hagas el salto del chanchito’. Pancho se puso serio y me contó que le cantó la firme a la europea. ‘Bebita, me gustas, pero no te enamores de mí. Yo no puedo estar solo con una mujer. Soy caminante de toda la vida y no voy a jugar con tus sentimientos.
En este momento de mi vida solo busco dejar bien a los varones y buenas noches los pastores. Vive la vida, coloradita, disfrútame, pero lo nuestro es dame que te doy. Si Piqué que tiene a Shakira al lado la deja por una más chibola, imagínate yo que soy el mejor abogado de Lima, Callao y balnearios. Por eso mi esposa me abandonó, no soy fiel a nadie’.
En esos momentos los ojos de Pancholón se ahogan en lágrimas, se seca y le dice a su hermano Kike, el bravo de Miami: ‘Mis padres me hicieron así y así moriré’. Y justo aparece en ese momento una morena con un espectacular shorcito, es chalaca y lo sacó a bailar, al ritmo de la gran N’Samble.
El ‘emperador’ le murmuró al oidito y le dijo: ‘A las mujeres bellas como tú no le cobro mis honorarios profesionales’. Terminaron de bailar y salieron rapidito y subieron al camionetón del abogado. Los ‘sapos rabiosos’ vieron que enrumbaban a La Posada, el hostal de los infieles”. Ese señor Pancholón es un cochino y sinvergüenza. Esta todo viejo, enfermo y sigue en sus andadas. Cuando esté en cama nadie lo va a cuidar. Me voy, cuídense.