Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de corvina dorada con arrocito graneado y ajicito. Para tomar pidió una jarrita de limonada frozen. “María, quedan pocas horas para la llegada del Año Nuevo 2026. Muchas familias alistan fiestas, paseos, viajes y hasta rituales para atraer dinero, amor y prosperidad a sus vidas.
Otros, los más jóvenes, hacen planes para irse de campamento a la playa, alquilan casas con piscina alejadas de la ciudad o arman celebraciones alocadas. En las calles se siente el deseo de olvidar todo lo malo que nos pasó el 2025. Pero, igualmente, veo gente muy nerviosa, estresada y amargada.
El calor, el tráfico, la falta de dinero y las peleas conyugales los tienen con los ánimos alterados. Deberían serenarse. Hay que salir de casa de buen ánimo, despertar igual, dar los buenos días a la familia con alegría, agradecidos de tener un día más de vida.
No hay que pelearse en la calle, pues uno no sabe si el que está al frente es un loco armado ansioso de disparar por cualquier motivo. Si maneja, respete las normas de tránsito, no corra alucinándose conductor de Fórmula 1.
Piense que en casa lo esperan sus hijos, esposa, madre, hermanos. Por un segundo de irresponsabilidad se pueden arruinar la vida y la de los demás. Si va a brindar con amigos, hágalo de forma moderada y si es en su casa o barrio, mejor.
Nada de emborracharse lejos, pues puede ser objeto de asalto o de una caída fatal. Tenga mucho cuidado si va a subir a un vehículo. Los delincuentes hoy en día están al acecho de las personas ebrias para asaltarlas. Viaje a provincias en buses de empresas reconocidas, no en esos ómnibus informales cuyos choferes vienen manejando varias horas sin descansar.
Hay que estar atentos a los ‘marcas’ y ‘raqueteros’ en las calles. Los ladrones recorren la ciudad en busca de quienes retiran dinero de los bancos o hablan por su celular para robarles. Cuídese en estas últimas horas del año”. Buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.
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