Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito saltado con arroz bien graneado y un jugo de piña fresquecito.
“María, como conversábamos ayer, las fiestas de fin de año son sinónimo de alegría, pero muchas veces se convierten en motivo de estrés, preocupaciones y pena porque no tenemos cerca a algún ser querido o nos falta dinero. Los casos de depresión aumentan y por eso hay más gente que atenta contra su propia vida. Como si fuera poco, es común excederse en comer, en el consumo de licor y hasta se cometen actos peligrosos, como manejar ebrios. Sigo con algunos consejos de los expertos para disfrutar de la Navidad sin sufrimientos:
* Duerme bien. En estas épocas es común descansar poco. Incluso, los hijos ya no van al colegio y hasta ellos se acuestan más tarde. Dormir menos de ocho horas nos torna más irritables, impide rendir al máximo en el trabajo o los estudios y contribuye al estrés.
* No comer en exceso. Se consume más panetón, comidas con más grasas y carbohidratos, lo que contribuye al aumento de peso y puede causar malestares.
* No al consumo de drogas. No solo es perjudicial el exceso de alcohol, sino también el consumo de drogas. La personalidad sufre cambios bajo sus efectos, lo que podría causarnos serios líos y ponernos en peligro.
* Reduce gastos. Una preocupación muy común es el dinero. Para hacer regalos, comprar objetos para la casa, el brindis, la comida y hasta viajar. Controla tus gastos y te ahorrarás futuros dolores de cabeza.
* No te preocupes por lo que no tiene solución. Es común gastar energías y tiempo por situaciones sobre las que no tenemos control. Mejor concéntrate en hacer lo mejor en el presente, que es ahora.
* Disfruta más tiempo con la familia. Cada vez más personas ven en la Navidad y el Año Nuevo dos ocasiones para salir a divertirse con amigos. Céntrate en tu familia, los hijos, la pareja, los padres y hermanos. Son lo más importante.
* Practica el optimismo. Trata de sonreír más, de tener pensamientos positivos. Si reniegas, trata de superar ese estado y sonríe. Te sentirás mejor tú y las personas que te rodean.
* Rodéate de gente alegre. Que está dispuesta a ayudar al otro, que tenga buenos sentimientos, y tu vida será mejor. Si andas con personas negativas, que hablan mal de los demás, podrías adquirir sus hábitos.
* Aléjate de los problemas. No frecuentes personas de conductas riesgosas. Como las que beben licor siempre, se drogan o cometen delitos. Nada bueno aportan a tu vida y, lo más probable, es que en algún momento te veas envuelto en serios problemas por su culpa”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.