Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cabrito de leche con frejoles, arroz graneadito y sus infaltables sarsa criolla y ajicito molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada heladita. “María, ayer se celebró el ’ y en muchas casas los esposos agasajaron a las ‘reinas del hogar’ con chocolates, flores y regalitos diversos.

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Cada vez más la celebración está pegando fuerte en la mente de los peruanos, para felicidad de los comerciantes que venden más productos.

En realidad es una buena fecha para homenajear a ese sector de la población que durante siglos estuvo bajo el mando de los hombres, incluso legalmente. Eran considerados seres inferiores y ni votar podían. Gracias a las luchas en el siglo pasado y en este mismo han ido conquistando espacios que les eran impedidos por un machismo radical. Era una posición en contra de la ciencia y el sentido lógico.

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Las mujeres son tan iguales como los hombres. Y pueden ser así en el trabajo, en el hogar o en la sociedad en general. Ahora las vemos en el Ejército, el Poder Judicial, la Policía, la política y hasta en profesiones antes vedadas para ellas como la Medicina y la Ingeniería. Qué bueno.

Pero hoy quiero homenajear a las mujeres abnegadas que son madres y trabajadoras al mismo tiempo. No sé de dónde sacan ganas y esfuerzo para cumplir bien en esos dos aspectos.

Ellas se levantan temprano, hacen la lonchera, el desayuno y mandan a sus hijos al colegio, y solo después se alistan para el trabajo. Y cuando regresan revisan las tareas y corrigen a los pequeños.

Claro, hay otras mujeres que tienen problemas y para ellas van estos consejos muy importantes:

  • Adapta los horarios en casa unos días antes de que se acaben las vacaciones. Manda a tus hijos a acostarse temprano para que no renieguen al día siguiente.
  • Ten todo ordenado. Haz una lista de las loncheras que les mandarás toda la semana y compra los productos que vas a consumir. Eso para que no estés pensando al último qué poner en la lonchera.
  • Con todo ordenado, ten una actitud positiva. No reniegues ni grites a los pequeños porque los pones nerviosos.
  • Pregunta a tu hijo cómo le ha ido en el día pero, ojo, si no quiere hablar no lo obligues ni des por hecho que lo ha pasado mal.
  • Pon el despertador a la hora adecuada para que pueda hacer todo sin prisas.
  • No llegues tarde al colegio ni el primer día ni el segundo, pero tampoco lo hagas media hora antes.
  • Dales el apoyo y el cariño incondicional que necesitan. ¡Un abrazo dice más que mil palabras!”. Buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.

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