
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tallarín saltado tipo chifa, con su wantán frito. Para tomar pidió una jarrita con agua de manzana. “María, muchos hogares en el Perú han sido formados por personas que ya tenían hijos de otros compromisos. Todos tenemos el derecho de rehacer nuestras vidas sentimentales, aun si hay hijos de por medio. Por supuesto, en un sistema de valoración, primero están nuestros pequeños y después la persona de la cual nos enamoramos.
El otro día, Farid Ode se agarró a patadas y puñetes con la actual pareja de su exesposa, Mariella Zanetti. El motivo: la hija de Ode le contó que su padrastro la maltrataba psicológicamente. El caso terminó en la comisaría. En abril pasado, el exfutbolista Manuel Tenchy Ugaz hizo una grave denuncia en el programa ‘Magaly TV: La firme’.
Allí aseguró que su hija adolescente habría sido víctima de tocamientos indebidos por parte de José Yovera, esposo de su expareja y madre de la menor, Sara Manrique. En ambos casos, las mujeres se han puesto del lado del presunto agresor. Por supuesto, todo debe ser investigado y no opinar sin pruebas. Yo siempre he pensado que antes de iniciar una nueva relación, las mujeres divorciadas o separadas con hijos (y lo mismo pasa con los hombres) deben pensar muy bien a quién llevan a su hogar. Siempre debe haber un periodo largo para conocer a esa persona, saber cómo reacciona, cuáles son sus relaciones y antecedentes y si tiene empatía con los hijos ajenos.
Los hombres y las mujeres deben asumir esto: si la persona de la que te has enamorado tiene hijos, debes quererlos y protegerlos como si los hubieras engendrado. Si no, ¿para qué te metes con la mamá o el papá? Es un tema muy delicado esto. Es crucial establecer una comunicación abierta, definir roles y límites claros, y respetar los acuerdos previos sobre la crianza. Pero sobre todo dar amor, cuidados y tiempo”. Me voy, cuídense.








