Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudado de pescado con bastante jugo de limón y rocotito en rodajas, acompañado con arrocito blanco. Para tomar, un emoliente al tiempo. “María, ayer comentábamos sobre la lamentable muerte de ‘Muñequita Milly’, la joven y prometedora cantante folclórica que decidió hacerse una lipoescultura con el conocido ‘doctor Fong’.
Seguramente quería verse mejor para su público, pero todo salió mal y perdió la vida de manera absurda. Aunque las causas de su deceso son materia de investigación, el esposo de la artista denunció que le habrían perforado el intestino y le extirparon quince centímetros del mismo. Acongojado, dijo que la intérprete lloraba de dolor. Ojalá que las investigaciones se lleven hasta las últimas consecuencias, se determinen las reales responsabilidades y se haga justicia. Su pequeño hijo de solo un año y cuatro meses jamás conocerá a su mami, lo que es terrible.
Creo que antes de someterse a una cirugía plástica hay que pensarlo bastante, pues toda operación conlleva un riesgo de muerte. Parte de la naturaleza de las personas es querer verse bien, hasta la ancianidad, y se entiende. Por eso, quienes luego de sopesar los pro y contras deciden realizarse alguna operación, es fundamental que lo hagan con un profesional reconocido y en un lugar con todos los equipos necesarios, incluidos los de resucitación. Eso puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. No hay que olvidar que nuestra vida es lo más valioso y la estamos arriesgando. Entonces, hay que hacerlo siguiendo todos los protocolos de seguridad. Algunos consejos de los expertos:
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