Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un cebichito de mero con harta sarandaja y rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada heladita. “María, impresionante la gran cantidad de gente que acudió a las playas de la Costa Verde en el primer día del año, así como a los balnearios del sur, donde incluso muchos hicieron campamento.
Había de todo, hombres que fueron a dormir enterrados en la arena, familias enteras que con el agua de mar curaban la resaca de las fiestas y jóvenes enamorados que retozaban extasiados sobre sus toallas. Sin embargo, se pudo apreciar que había vecinos que llevaron a sus perros cuando todos los veterinarios aconsejan no hacer eso porque los animalitos sufre mucho con el calor.
Había otros que los encerraban en los autos, que se convertían en sartenes ardientes para las pobres mascotitas. Un poco más de reflexión para esas personas. Tener un perrito o gatito no es como un juguete. Hay que tratarlos con dignidad y el más alto cuidado, como si fueran nuestros hijos. Si finalmente deciden llevarlos, denles mucha agua porque se deshidratan rápidamente y no los expongan al sol. Póngales protector solar en las zonas más sensibles y aliméntelos.
Lo ideal es no llevarlos porque son un problema para el resto de veraneantes, pues los animalitos hacen sus necesidades en cualquier parte. Con tanta gente es posible que se pierda, por lo que haga que lleve siempre en el cuello su collar con los datos. Y mejor si tiene un chip.
No permita que tome el agua del mar porque es dañina y cuide que no se meta demasiado, pues puede ser arrastrado por las olas. No lo pierda de vista nunca y lleve una sombrilla para que no sufra con el sol. Y cuando regrese a casa báñelo de inmediato para quitarle toda la salinidad y que se sienta fresco. De paso no ensuciará su casa con arena.
Manténgase atento a las señales de que su perrito haya sufrido un ‘golpe de calor’. Si tiene la lengua roja brillante, diarrea, jadeo rápido, saliva espesa y pegajosa, vómitos y debilidad, es porque le ha dado. Hidrátelo de inmediato y bájele la temperatura.
Un aspecto importante antes de salir con él a la playa es averiguar si el lugar a donde vamos permite la entrada de mascotas. No vale hacer un largo trayecto para finalmente regresar. Algunos malos dueños lo resuelven encerrando al perrito en el carro, bajo un sol abrasador. Es como meterlos a un horno microondas. No es posible tanta maldad. Mejor no los lleven. Estará más tranquilo en casa, con alimento y agua. Mejor, hágalo pasear por el parque.
La playa no es un lugar aparente para las mascotas por muchas razones: se pueden deshidratar, adquirir enfermedades, molestar a los demás veraneantes o perderse ante la multitud”. Qué buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.
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