Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudado de pescado con juguito de limón, arroz blanco y, para tomar, un emoliente heladito.
“María, terrible la muerte de la pequeñita de cuatro años, quien fue dejada en su casa de Independencia con su hermanita de dos años y una prima de nueve, mientras la mamá se fue a divertir a una yunza hasta el día siguiente. Las menores salieron a la calle la mañana del domingo para buscar a su madre y las cámaras de seguridad las grabaron cuando fueron interceptadas por un adolescente que cargó a la pequeña y se la llevó, tras lo cual, horas después, apareció sin vida en un descampado.
Ver las imágenes de esa inocente niña en brazos del muchacho causa desesperación y angustia, pues son los momentos previos al terrible sufrimiento y la dolorosa muerte que le tocó vivir. Uno se pregunta qué clase de ser es capaz de tanta crueldad con un angelito indefenso. Y cómo es posible que una madre piense más en divertirse que en la seguridad de sus pequeños. La niña encontró la muerte porque salió a buscar a su mamá, a la que necesitaba a su lado. Que esta tragedia enseñe a esos padres y madres egoístas que muchas veces anteponen sus deseos personales, su satisfacción, sin pensar en el daño que causan a sus hijos. Y por supuesto, que el culpable reciba el máximo castigo. Algunos consejos de los expertos para cuidar mejor a los hijos:
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