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Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachemita frita con su majao de yucas y porción de arroz. Para tomar pidió una jarrita de cebadita tibia. “María, las autoridades de hoy en día se caracterizan por su falta de empatía y sensibilidad. Solo les gustan los viajecitos, la plata, sentirse con poder y creerse con derecho a hacer lo que quieran.
Por eso no me sorprende la actitud de los miembros del Ejecutivo ante la terrible noticia de 500 niñas awajún violadas por sus profesores a lo largo de estos años y pese a las reiteradas denuncias.
Incluso, el ministro de Educación, Morgan Quero, en un primer momento intentó minimizar el hecho señalando que se trataban de ‘prácticas culturales’.
Y se demoró varias semanas en acudir al lugar a pedir disculpas a las víctimas, aduciendo falta de tiempo, pero bien que viajó a Trujillo para un homenaje al jefe de Alianza para el Progreso, César Acuña.
Cuando finalmente llegó a la comunidad awajún en Amazonas, saludó a todos levantando los brazos, cual rockstar, como un triunfador, cuando debería estar compungido y preocupado por la salud física y mental de las menores.
Hasta la presidenta Dina Boluarte, preocupada en arreglarse la nariz y lucir costosos relojes Rolex en las muñecas, mostró nula preocupación. Cuando le preguntaron en Palacio de Gobierno sobre los ultrajes, no quiso responder y dijo que su ministro Quero hablaría del tema.
Ni siquiera una disculpa a nombre del Estado, una reprimenda a los violadores y un acto de contricción. Nada. Por eso sus niveles de popularidad están por los suelos.
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