Niños en peligro en nuestra sociedad, (Foto: DANTE PIAGGIO /GEC).
Niños en peligro en nuestra sociedad, (Foto: DANTE PIAGGIO /GEC).

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollo al sillau con su arrocito graneado y rocotito molido. Para tomar, pidió una jarrita de jugo de maracuyá heladito. “María, terribles e indignantes las imágenes del fin de semana donde se vio nada menos que al dalái lama, y pidiéndole que le chupe la lengua. Y esto fue transmitido en directo por la televisión, mientras los presentes solo se reían como si fuera la travesura de un menor.

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Si yo hubiera sido el padre, habría corrido a meterle un golpe en la cara a ese viejo cochino y degenerado. Imagínense, si eso pasa con un personaje tan reconocido y considerado un jefe de Estado, qué cosas no suceden tras las puertas de templos, viviendas o locales comerciales. Ya no hay seguridad con nadie.

Uno ya no puede estar seguro ni en la casa. Mi esposa y yo somos bien desconfiados. No dejamos que nuestros hijos se queden en la casa de nadie así nomás. O que salgan fuera de casa solos y sin rumbo. Nosotros conocemos a todos sus amigos y los lugares a donde van. Los seguimos sin que lo sepan desde lejos. No me importa que me digan loco o desconfiado.

La seguridad de mis hijos está primero. Ellos me lo agradecerán después. Cuando sean adultos ahí los soltaré. Cuando tengan la capacidad de defenderse por sí solos y tengan la fuerza suficiente para enfrentarse a cuanto monstruo puebla las calles. Ya no hay lugares seguros. Se ha conocido miles de casos de curas que han abusado de niños en las iglesias, centros religiosos o lugares de retiro. También de entrenadores de fútbol o vóley, que terminaron ultrajando a niños aprovechándose de su debilidad.

Padres, sigan estos consejos:

  • Siempre acompañen a sus hijos a los entrenamientos de fútbol, vóley u otros deportes. No los envíen solos. Dense un tiempo para estar a su lado. Que los entrenadores sepan que ustedes no los dejan solos.
  • Conversen mucho con los niños, que les cuenten cómo les ha ido. Y aprovechen para conversarles sobre los peligros de la vida. Denles consejos para que sepan qué hacer si son acosados.
  • No duden en denunciar si alguna persona, religioso, entrenador, familiar o vecino ha agredido a sus hijos. Créanles. Pónganse de su lado. Que ellos sientan que son protegidos.
  • Los niños, para empezar, no deberían tener acceso a redes sociales. Pero si ya lo tienen, ingresen a ellas a través de aplicaciones, para saber con quién conversan, a qué páginas se adhieren o qué consumen.
  • Enséñenles a que nadie tiene el derecho a tocar su cuerpo, menos un adulto. Que pidan ayuda si alquien los acosa o los toca. Un niño bien informado y con personalidad evitará estos ataques”. Buenos consejos de Gary. Me voy, cuídese.

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