Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de cachema con su camotito sancochado, arroz graneado y, para tomar, una jarrita de limonada frozen para bajar el calor. “María, una enfermera fue ultrajada en una reunión social realizada con sus compañeros de trabajo y otros invitados, en Ayaviri, Puno. Ella se encuentra con su salud muy delicada y por ello tuvo que ser trasladada de emergencia a Lima.
Felizmente la Policía capturó a dos de los presuntos autores, a quienes un juez ordenó nueve meses de prisión preventiva. O sea, una mujer ya no se encuentra segura ni siquiera en una fiesta con compañeros de labor.
Los monstruos y depredadores están en todas partes, y muchos se visten con piel de cordero para despistar a las víctimas. Ojalá, luego de un proceso judicial, los dos violadores sean condenados a muchos años de prisión. La sociedad tiene que estar más alerta ante esta arremetida de los degenerados, que cada vez cometen más ataques, no solo contra mujeres adultas, sino también contra menores de edad. Uno ya no se puede confiar en nadie.
El enemigo puede estar en casa o en el mismo barrio. También en el centro de trabajo, en el gimnasio, en los buses, taxis o simplemente en la calle. Estadísticas del INEI señalan que el 63,2 % de las mujeres de 15 a 49 años de edad sufrieron algún tipo de violencia en algún momento de su vida por el esposo o compañero. Increíble.
¿Por qué ocurre esto? ¿Dónde se origina esta situación? Esa es una pregunta que deben responder las autoridades, pero, sobre todo, por qué hay tanta mano blanda contra los enfermos sexuales. Es que denunciar estos ataques es un vía crucis para las víctimas, ya de por sí traumadas por lo que pasaron. Debería haber policías y fiscales más empáticos y veloces en el trabajo, para así castigar a los atacantes.
Igual te damos algunos consejos para defenderte:
- Si eres mujer y vas a una fiesta, no te separes de tu grupo de amigos. No aceptes salir a otro sitio y grita si alguien te quiere forzar.
- No aceptes tragos de nadie. Tampoco que te sirvan. Sospecha de todos, más de los desconocidos. Si tienes celular, toma fotos de forma disimulada de los presentes.
- Nunca salgas sola de las reuniones. Regresa a casa con las mismas personas con las que saliste. No aceptes que un desconocido te lleve.
- Si vas por la calle, no tomes arterias oscuras o solitarias. Prefiere las calles con alto tránsito y bien iluminadas.
- Si vas a tomar un taxi, es mejor que llames a un taxista conocido y de confianza. Nunca te subas a un colectivo, prefiere un bus de transporte público.
- Trata de llevar un gas paralizante en tu cartera por si te atacan en la calle”. Buenos consejos. Me voy, cuídense.