Este Búho ingresa al túnel del tiempo y se pone nostálgico. ¡Cómo han pasado los años! 1984. Este columnista escribía en la legendaria revista sanmarquina ‘La Casona’. Gracias a esas crónicas sobre los bares, baños y restaurantes de la ciudad universitaria, me convocó un cazatalentos: Ricardo Uceda. Todavía no era el famoso periodista de investigación que es hoy. Pero era, en ese año, el jefe de redacción de un diario llamado ‘La Razón’, que duró poco tiempo. Para este chiquillo fue una bendición conocer a leyendas del periodismo como el fotógrafo Carlos ‘Chino’ Domínguez o el poeta Antonio Cisneros. Ese periódico ahora yace en el cementerio de papel.
Los reporteros jóvenes de Trome, especialmente los del área digital, se ríen cuando este ‘tío’ les cuenta que me sentaba en una vieja máquina Remington. Había que rogar que tuviera buenas cintas y luego había que buscar ‘carillas’ para escribir nuestras notas. No existía el celular, solo una libretita para los apuntes. Trabajábamos entre bombazos y apagones de Sendero Luminoso.
En 1990 llegué al diario ‘Página Libre’. Recuerdo que el inmenso y rubio director, Guillermo Thorndike, encomendó a este Búho, chibolo, seguir la campaña del ingeniero Alberto Fujimori. Así, ingresaba a su residencia a la espalda del colegio Weberbauer, en Monterrico. Keiko, cachetoncita y chiquilla, nos atendía e invitaba limonada y galletitas. Esa es la vida de un periodista. Uno se codea con el poder, aunque no lo quiera. Pero desde joven aprendí que lo mejor es estar de lejitos con los politicastros.
Escribí en varios diarios y revistas gracias al escritor Óscar ‘Chato’ Malca. Años después, fui el primer periodista que llegó hasta Cabana, a la derruida casa de Ferrer de Alejandro Toledo. En Cabana solo encontré a su hermano que vivía sin televisor.
Cuando el ‘sagrado’ llegó a la Presidencia, lo volví a encontrar manejando una 4x4 con varios guardaespaldas y, por supuesto, ni me reconoció. En la campaña del 2011, el director de Trome, mi gran amigo ‘Carlao’ Espinoza, me encomendó una misión: ‘Búho, viaja por todo el país. Sigue a los candidatos, cuéntale a la gente lo que pasa tras bambalinas’. Y lo hice.
Iba de avión en avión con PPK, Toledo o Castañeda Lossio. A Ollanta Humala me lo encontraba de casualidad. Estaba en cuarto lugar en las encuestas. Increíble, después llegó a ser presidente.
También estuve cerca de PPK y Keiko en esa inolvidable campaña del año pasado que el gringo ganó ‘por un pelo’, como él mismo lo recuerda. Soy de los que creen que la prensa de papel tiene larga vida. En prensa escrita hay que competir diariamente por el público. Cualquiera puede salir al mercado con un medio periodístico. Lo importante es si este producto sintoniza con la gente y allí hablamos de talento, marketing, feeling. Recapitulo. Nací con la máquina de escribir Remington, pero me codeo con los smartphones, tablets, iPod y todas las herramientas tecnológicas con las que nos bendice Dios.
La Internet ha sido la promotora de un gran cambio en los medios de comunicación. Ya nada será igual. Cuando empecé en este oficio no había Internet, Google ni Wikipedia. Había que trabajar. Investigar. Ponerle pasión. El error que cometen muchos colegas jóvenes es que creen que la redacción es la oficina de un banco. El periodismo, en cualquier plataforma, se hace ‘corriendo la cancha’. Ya lo decía el chileno Alberto Fuguet con su famosa frase: ‘El periodismo, como la prostitución, se aprende en la calle’.
Y es una carrera de largo aliento. Quien se crea un Usain Bolt durará en la carrera el cortísimo tiempo de los velocistas de pruebas cortas. No es importante quién escribe más rápido, sino quién escribe mejor, sostenía el gran Albert Camus.
Trome cumple 16 añitos y tenemos el honor de habernos convertido en el diario de más ventas en el mundo de habla hispana, alcanzando cifras que nunca se habían logrado en el Perú. Eso es histórico y un motivo de orgullo. En estos 16 años de mucho trabajo solo nos queda agradecer a nuestros lectores. A ellos les debemos todo. A celebrar un poco, porque no podemos parar. Ahora tenemos nuevos y grandes retos que cumplir. Apago el televisor.