Este Búho ha vertido ríos de tinta sobre el tristemente célebre Pablo Escobar, cabecilla del cártel de Medellín. También escribí sobre la serie ‘Pablo Escobar: El patrón del mal’, la producción de Telemundo sobre el hombre que manejaba la más importante mafia de droga colombiana y con sus millones de sucios dólares fue considerado por la revista Forbes como uno de los más ricos del planeta.
Pero hay un nombre que puede no decir nada, John Jairo Velásquez Vásquez, pero sus alias sí son reconocidos por millones: ‘JJ’ o ‘Popeye’, quien fue uno de los sicarios del narco y miembro de su entorno íntimo. ‘Popeye’ se entregó a la justicia meses antes de que pillaran y mataran a su patrón, y pasó 23 años de prisión.
Pero encerrado habló con las autoridades y sus testimonios enviaron a la cárcel a varios encumbrados políticos y senadores, y también se volvió una ‘estrella’ de reportajes televisivos y de prensa escrita desde el encierro. Confesó que mató a 300 personas y que participó en tres mil asesinatos. Se volvió mediático y publicó un libro: ‘Sobreviviendo a Escobar’, donde relataba secretos de su jefe: “El Patrón tenía una filosofía: solo con la sangre y la muerte se consigue el poder. Por eso manejó un ejército de sicarios, a quienes nos ordenaba ‘mandar la moto’ para asesinar no solo a los que consideraba sus enemigos, o de los carteles rivales, sino a las autoridades que se oponían a su organización.
Siempre repetía una frase: yo lo mato, después mato a sus padres, a su abuelita, a sus primos y a sus amigos”. El libro del sicario se convirtió en un ‘best seller’, la Cadena Caracol compró los derechos y lanzó una serie que causó polémica, como anteriormente sucedió con ‘El patrón del mal’. ¿Se puede colocar como protagonista a un sicario asesino confeso de cientos de personas? Pero la serie adquirida por la plataforma de streaming Netflix tuvo una audiencia de millones a nivel mundial.
Comienza cuando ‘JJ’ corre un riesgo muy grande al pedirle a Escobar que le dé permiso para entregarse a la justicia. Este estaba acorralado y ya sus sicarios estaban muertos o presos, y sus ‘caletas’ de millones de dólares habían sido desvalijadas por sus enemigos o encontradas por la policía. Pablo estaba en falta con su sicario, como él mismo confesó: “Escobar me ordenó que mate a mi novia y a mi mejor amigo”.
Su pareja, Wendy Chavarriaga, era de una belleza espectacular y primero fue la amante de Escobar, pero él la dejó porque salió embarazada y quería tener al bebito, así que el jefe la hizo abortar a la fuerza. “A partir de ese momento, ella decidió vengarse. Comenzamos a salir y nos enamoramos. Yo le pedí permiso al ‘Patrón’, pero él tenía su servicio de inteligencia y detectó que ella estaba en conversaciones con la DEA para entregarlo. Me hizo escuchar el casete y me dio la orden: ‘Popeye, vaya y mátela’. Como las órdenes no se discutían, me tocó. Ustedes no saben lo que es matar a la persona que uno adora”, contó el sicario.
En la serie, llamada ‘Sobreviviendo a Escobar’, se recrea la vida de ‘JJ’ desde que llega a la prisión y su cabeza tiene precio porque el líder del cártel del Norte del Valle, enemigos acérrimos de los de Medellín, lo estaba esperando para matarlo. Y justo cuando están a punto de ultimarlo, lo salva el jefe de los paramilitares que domina otro pabellón. Todo para que ‘JJ’ le pague una deuda millonaria que le tenía Pablo Escobar. Así transcurre la serie, con las peripecias del sicario para salvar su pellejo, donde tiene que transar con los narcotraficantes, con los guerrilleros, con el gobierno, la DEA, los guardias, el alcaide.
Todo enmarcado en un país jaqueado por las guerrillas, el narcotráfico y los políticos corruptos. ‘Sobreviviendo a Escobar’ le dio notoriedad, fama y dinero a ‘Popeye’, pero no le duró mucho, pues en mayo de este año lo volvieron a encarcelar por haber participado en el homicidio del director del diario El Espectador, Guillermo Cano, ocurrido en 1986. ‘JJ’ pasó 23 años en la cárcel por el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán en agosto de 1989 y al salir dijo que se ‘había rehabilitado’. Pero sus crímenes le seguirán pasando la factura. Apago el televisor.