Este Búho continúa cumpliendo su aislamiento obligatorio y los libros, las películas y las series le permiten darse un gran relax. Acabo de darme un banquete leyendo ‘Carta de una desconocida’, una ‘joyita’ del gran escritor austriaco Stefan Zweig, y estoy ‘devorando’ la serie española de Netflix ‘Vivir sin permiso’. Una producción que en su país es la número uno, superando a ‘Las chicas del cable’, ‘Narcos: México’, ‘Sex Education’ o ‘Riverdale’.
Tiene los ingredientes que le gustan a todos los públicos. Una trama de narcotráfico que tantos réditos ha dado desde ‘La reina del sur’ y ‘Pablo Escobar: El patrón del mal’ hasta ‘Narcos’. Pero ‘Vivir sin permiso’ es más que una serie de traficantes, es la historia de una familia rica de Galicia, en el ficticio pueblo costero de ‘Oeste’.
El patriarca de la familia, el próspero empresario Nemo Bandeira (José Coronado) está celebrando por todo lo alto su cumpleaños número sesenta y recibe de su doctora el peor de los regalos: padece del terrible mal de Alzheimer y dentro de pocos meses es posible que pierda la memoria. Ya durante la fiesta olvidó parte de su discurso y debe decidir a cuál de sus hijos le dará el mando de la empresa.
Nemo empezó desde abajo como narcotraficante con lanchas rápidas y se ‘blanqueó’ al casarse con la hija del dueño de una gran fábrica conservera. Después del matrimonio, el poderoso Bandeira venderá conservas de atún con cocaína. Para colmo de males, las empresas legales de su emporio están yendo mal y lo único que los salva son los ingresos de la droga.
Nemo tiene un guardaespaldas, amigo y sicario, al que ya le advirtió: ‘El día en que olvide el nombre de mis hijos, me pegas un tiro, prométemelo’. El principal problema para él son, precisamente, sus hijos. El único varón, para ir a la contraria de un padre machista, es gay y drogradicto en accidentada rehabilitacion, mientras que su guapa hija estudió arte en París, tiene una galería y parece interesarle un ‘pito’ los negocios paternales.
Su sucesor natural debería ser su ahijado, al que crio como hijo, y quien es su brazo derecho en los negocios legales y sucios, pero quedó descalificado por no tener la sangre de la familia. El desplazado, junto a su siniestra esposa, hará hasta lo imposible por quedarse al mando a cualquier precio. Para hacer más complicado el rompecabezas, Nemo tiene una hija fuera del matrimonio con la que fue el amor de su vida, a la que dejó embarazada para casarse por interés con la heredera del millonario.
Madre e hija rechazaron toda su vida alguna ayuda de Nemo; es más, la muchacha mantiene una lucha legal con su progenitor. Aunque le duele reconocerlo, la joven ‘bastarda’ es la única de su descendencia que ha sacado su carácter, rebeldía y se le enfrenta directamente. Ya no cuento más. ¿Quién al final se quedará al mando de las empresas del todopoderoso Nemo Bandeira? ¿Qué pásará cuando comience a perder la memoria? Seguramente esta madrugada conoceré el misterio. Les aseguro que la serie te atrapa sí o sí. Apago el televisor.
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