Este Búho cree que Perú sería una fuente inagotable de inspiración para el cineasta estadounidense Quentin Tarantino, quien se caracteriza por sus filmes violentos, sádicos y sanguinarios. Con villanos carniceros: sin límites, sin miramientos y, por supuesto, sin una gota de humanidad.
Les recomiendo dos ‘joyitas’: ‘Tiempos violentos’ (1994) y ‘Perros de reserva’ (1992) para que entiendan de qué les hablo. Menciono esto porque cada día nuestras calles se convierten en escenarios de tiroteos, asesinatos, robos, extorsiones. Lima se va pareciendo más a la convulsa ‘Ciudad Gótica’, con la única diferencia de que aquí no hay un ‘Batman’, ni un ‘Robin’ para que nos salven.
Aquí estamos al amparo de nuestra suerte y de cuán precavidos seamos a la hora de cruzar la puerta. Caminar con miedo se ha vuelto una obligación por el coronavirus y también por la maldita delincuencia. Entre bromas, cada vez que sale, mi viejito dice: ‘Salgo con Dios y si no regreso es porque me fui con Él’. Y a uno se le escarapela la piel porque la muerte, afuera, acecha por todos los flancos.
Esto lo sabe bien Luis Miguel Llanos, el popular ‘Van Damme’, quien el último lunes fue sorprendido por cinco delincuentes que intentaron robarle su maletín en una picantería de Zarumilla, en Tumbes. Mientras esperaba un suculento plato norteño, el peleador de ‘vale todo’ se vio acorralado y, sin tener más opción, desenfundó su arma y disparó a quemarropa contra un delincuente apodado ‘Barrigón’.
Llanos también resultó herido y en este momento su estado es delicado. Este no es un caso aislado. Anteriormente ya había protagonizado un hecho de sangre: el 2011 mató a dos ‘raqueteros’ que intentaron asaltar a su novia.
Aplaudimos la encomiable labor policial, su entrega y valentía, sus esfuerzos a pesar de saber que libran una batalla titánica y tal vez imposible, pero de nada sirve si después de cumplir con sus funciones, vergonzosos fiscales liberan a esas lacras de la sociedad. Sucedió hace unos días, cuando tres feroces delincuentes que habían sido detenidos por asaltar y arrastar por las calles a una mujer en el distrito de Surco, fueron puestos en libertad por el Ministerio Público para ¡¡protegerlos del coronavirus!!
Esperemos que no pase lo mismo con el apodado ‘Kissyfur’, Óscar Romero Cueva, a quien la policía capturó mientras celebraba despreocupado en un baby shower. ‘Kissyfur’ es acusado de participar en los crímenes del fotógrafo Luis Choy y de Carlos Enrique Burgos, hijo del exalcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos. Además, es sindicado de pertenecer a la peligrosa banda criminal ‘Los malditos de Bayóvar’, dedicada al sicariato y extorsión.
‘Búho, la delincuencia aumenta de manera preocupante, va a la par del virus’, me dice un colega de la sección policial, quien lo ha visto todo, pero aún así se sigue sorprendiendo. ‘Cada vez son más sanguinarios, más brutales’, me cuenta con la libreta llena de nombres de víctimas a consecuencia de este cáncer que toca enfrentar.
Y aquí hay que se enfáticos, debe existir un trabajo coordinado entre los municipios y el gobierno central, encabezado por los ministerios del Interior y de Defensa. Solo así, tal vez, podamos acabar con los ‘tiempos violentos’. Apago el televisor.