Este Búho leyó una noticia que remeció el ambiente deportivo. ¡Falleció Orlando ‘Chito’ de la Torre a los 78 años! Había partido un histórico de las selecciones peruanas, ídolo del Sporting Cristal, donde alzó cuatro copas. Pero ‘Chito’ se haría grande en la selección, pues sin tener la cinta de capitán se convirtió en caudillo de aquella histórica Blanquirroja que en 1969 eliminó en la misma ‘Bombonera’ de Boca a Argentina y clasificó al Mundial de México 1970.
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En mis retinas y en las de millones de peruanos que han visto la repetición del cotejo a lo largo de las décadas no solo están los goles de ‘Cachito’ Ramírez, sino esa imagen cuando de la rugiente tribuna sur los argentinos lanzan botellas mientras los peruanos celebraban y Orlando se acercó y se les enfrentó con el puño en alto y agarrando el escudo de la camiseta como diciendo ¡somos peruanos, carajo, y aquí los eliminamos! El recio defensa tenía una sentencia para los delanteros que se atrevían a internarse por su sector: ‘o pasa la pelota o el jugador, nunca los dos juntos’.
En aquellas épocas gloriosas del fútbol nacional tuvo duelos memorables con tremendos delanteros como Teófilo Cubillas, ‘Perico’ León de Alianza, Percy Rojas, ‘Cachito’ Ramírez, el ‘Loco’ Casaretto de la ‘U’ o Hugo Sotil del Municipal. Con De la Torre se produjo una gran controversia en el Mundial de México, justo antes del cotejo ante Brasil por octavos de final.
En una actitud incomprensible, el técnico Didí lo dejó en el banco de suplentes y colocó en su lugar a José ‘La Vieja’ Fernández, dando con esto ventajas a la portentosa delantera brasileña con Pelé a la cabeza. ¿Por qué el gran Didí lo sentó? Había que remontarse a 1969, en un partido amistoso entre Perú y Brasil, que a la postre sería tricampeón del mundo. Los auriverdes tenían a todas sus estrellas en ese Maracaná abarrotado. Antes del partido, Orlando arengó a sus compañeros: ‘¡Acá nadie se me va a chupar, carajo! Todos somos iguales y ya lo hemos demostrado. Y lo vamos a volver a demostrar ahora’.
Y dicho y hecho, Perú sorprendió a los auriverdes y ganaba 2 a 0, hasta que Gerson cometió un criminal foul que le fracturó la pierna a ‘Chito’. Mientras el recio defensa se retorcía de dolor, los jugadores se trenzaron en una verdadera batalla campal donde Pelé era uno de los más agresivos. Perú estuvo a punto de retirarse, pero al final el partido se reanudó y Brasil nos volteó 3 a 2.
“Se nos fue uno de los mundialistas que más reclamó una pensión justa por la inmensa alegría que le dieron al país al clasificarnos a un Mundial”
‘Didí pensaba que me iba a vengar de Gerson y me iban a expulsar, por eso no me puso y por eso le pegué’, me confesó en uno de los tantos encuentros que tuve con la leyenda deportiva en su departamentito de la primera zona de Palomino. Eran los tiempos en que Orlando y otros mundialistas luchaban para que se les otorgase una pensión vitalicia a las viejas glorias de la selección 1970 y este columnista apoyaba su pedido con cobertura periodística en su columna. Fue en esas circunstancias que lo conocí.
La ruma de papeles era alucinante y estaban dirigidos al congresista de esa época Sergio Tejada, al ministro de Educación Jaime Saavedra, ¡hasta a la Defensoría del Pueblo y a la Presidencia del Consejo de Ministros, porque esa entidad tenía una comisión calificadora de ‘pensiones de gracia’. Pero la cosa se enfrió, como todo en el Perú, por injustas cuestiones burocráticas, pero lo único bueno de esa frustrada gestión fue que no perdí la amistad y el contacto con el gran ‘Chito’. Según Ramón Mifflin, el club de sus amores, Sporting Cristal, también le dio la espalda cuando solicitó ayuda e inclusive se quejó de que los actuales directivos no le contestaban el teléfono. En el 2021, había sufrido un derrame cerebral y afrontaba las secuelas del mismo.
Se nos fue uno de los mundialistas que más reclamó una pensión justa por la inmensa alegría que le dieron al país al clasificarnos a un Mundial por nuestros propios medios por primera vez. “Sobrino, ellos nos lo prometieron, ¿qué esperan, que fallezcamos todos y recién dar la ley?”, se quejaba, mientras contaba sabrosas anécdotas de cómo siendo futbolista incursionó en el negocio del espectáculo, inaugurando el mítico local ‘Los Mundialistas’, en La Victoria, donde se presentaban bravas orquestas salseras y llegaban los futbolistas, cantantes criollas y vedettes, porque no había programas como los de Magaly.
Recuerdo que en esos cebichitos en Palomino con ‘Chito’ en buena salud y mi amigo Frías, cuando se acababan las bebidas y Frías se disponía a comprar más, Chito le decía: “Víctor Hugo, trae Cristal, por favor, que la Pilsen solo me sirve para limpiar el vaso, ja, ja”. Hasta en eso era hincha celeste de corazón pese a que sus directivos le dieron la espalda. Mi más sentido pésame a su familia. Descanse en paz, maestro. Apago el televisor.