Este Búho, a propósito del escándalo protagonizado por el arquero de Alianza Lima, Ángelo Campos, acaba de ver el documental que está dando la hora en Netflix, sobre el juicio que remeció Hollywood entre uno de sus actores más populares y queridos, Johnny ‘Jack Sparrow’ Depp y su exesposa, la guapa actriz de ‘Aquamán’, Amber Heard, quienes se enfrentaron en medio de acusaciones por violencia física, psicológica y difamación.
Se trató del juicio con más clics, memes y ‘tiktoks’ de la historia. Si el juicio sangriento de O. J. Simpson por el asesinato de su esposa y un amigo de esta fue sin dudas el que marcó los noventa, la guerra entre Johnny y Amber fue el proceso judicial más sonado del nuevo milenio.
Este fenómeno mediático es el que se explora en la miniserie documental ‘Depp vs. Heard’, de tres episodios, dirigida por la australiana Emma Cooper, cuestionando la naturaleza de la ‘verdad’ y el papel de las redes sociales y su influencia en la sociedad de hoy. Las acusaciones mutuas por difamación, golpizas, puñetazos, convirtieron el proceso judicial repleto de testimonios de famosos, como el de la exnovia del actor, Kate Moss, que testificó a favor del ‘Pirata’.
¿Alguna vez Depp la lanzó de las escaleras?, pregunta la abogada de Johnny. “No, nunca”, responde la recordada supermodelo. ¿Alguna vez la agredió? “No, nunca en nuestros cuatro años de relación me agredió”. “Ok, gracias, Mrs. Moss”. Así demolían los abogados las afirmaciones de Amber.
Mientras la acusación presentaba testigos, la defensa presentaba una testigo, Heard, que solo tenía su palabra y su ‘actuación’, como la descalificaban decenas de miles en las redes. Era su palabra que lo acusaba de las mayores agresiones.
“Me pateó la espalda en un avión y me dijo zorra prostituta, ¿te mojaste con James Franco?”. Pero los testigos del actor que estuvieron presentes en ese avión sostuvieron bajo juramento que no vieron ninguna agresión.
Mientras, Johnny denunciaba que su esposa había depositado excremento humano en su cama. Y presentó testigos. Fue un punto culminante y escatológico al que se llegó y por supuesto los ratings se disparaban.
Precisamente, el actor la denunció por daños, perjuicios y por difamación. El actor de ‘El joven manos de tijera’ aseguraba haber perdido contratos millonarios tras la publicación de un artículo en el periódico ‘The Washington Post’, en el que Heard escribía del maltrato, violencia y agresiones que sufrió por parte de su expareja, sin nombrarle directamente, pero afectando a su carrera.
Jack Whigham, representante de Depp, testificó que el actor perdió un contrato de 22.5 millones de dólares para protagonizar la sexta película de ‘Piratas del Caribe’, porque la franquicia Disney ya no lo consideraba ‘un buen ejemplo’ por el artículo escrito.
El juicio se realizó en un remoto juzgado de Virginia, en el condado de Fairfax, pues allí el ‘Washington Post’ tiene una imprenta y oficinas. Depp llevó a Amber a un lugar donde nadie la conocía, un pueblito remoto donde todo el mundo sabía quién era ‘Jack Sparrow’ y del saque se ganó con la solidaridad del pueblo, que hacía largas colas para ingresar al juicio y para vitorear la llegada de Johnny, siempre sonriente para sus fanáticos.
El juicio lo ganó el divo, tras más de seis semanas en el tribunal y tres días de deliberación por parte del jurado popular. El jurado dijo ‘sí’ a todas las acusaciones contra Amber. Así, el actor, que demandó a su mujer por 50 millones, debió recibir de ella 15 millones de dólares.
Según las leyes de Virginia, es la autoridad judicial la que abre, o no, las puertas del tribunal a las cámaras a petición de las partes. Fue Johnny quien solicitó que todo se transmitiera en vivo. “Es una estrategia de relaciones públicas impresionante, ninguna otra hubiera tenido mayor impacto que este juicio”, dice una de las influencers que se convirtió en comentarista de las sesiones.
Como las imágenes del juzgado se pasaban sin editar, fueron las redes sociales las que explotaron para informar a su estilo el juicio. Más allá del directo desde la sala, lo que quería el público era comentaristas.
Y así, pequeños canales que nada tenían que ver con la crónica judicial pasaron de hablar de cocina, artículos de belleza, naturismo, deportes o ambientalismo, a retransmitir el juicio de la década en riguroso directo y ante audiencias millonarias dispuestas, además, a pagar.
En realidad lo que nos presenta el documental es el impacto en la gente común, los blogueros, twiteros, influencers, que de la noche a la mañana se convirtieron en las estrellas del juicio. Al punto que, al final, la abogada de Amber declaraba a una cadena nacional que hasta “los jurados cuando llegaban a su casas veían las redes sociales o se las compartían sus familiares y en las redes siempre ella llevó las de perder”.
La misma Heard reconoce en el documental que fue la primera gran derrota del movimiento feminista Me Too. Véanlo y saquen sus propias conclusiones. Apago el televisor.
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